Las mujeres de la Mafia también mandan
Las esposas de los 'capos' ya no son sumisas guardianas de la cultura siciliana, sino que asumen papeles de responsabilidad
, Las mujeres de la Mafia están en vías de emanciparse después de haber sido las guardianas severas de la cultura y de las tradiciones de esta sociedad criminal secreta que hoy está en pleno proceso de cambio. De las mujeres pasivas y totalmente sumisas que eran, las esposas, madres e hijas de los hombres de la Mafia están hoy obligadas a salir de la sombra para cuidar sus asuntos, tomar las riendas de las actividades delictivas o aceptar colaborar con la justicia cuando su marido o su padre acaban de ser asesinados o detenidos.
Esto es, en esencia, lo que explican los principales expertos italianos en la Mafia (sociólogos, magistrados, policías, periodistas) en un coloquio sobre La mujer en el universo mafioso, que se ha celebrado el sábado y el domingo en la Universidad de Palermo, en Sicilia.
"Hay que hacer un seguimiento de las mujeres de la Mafia igual, que de los hombres porque ellas tienen hoy un poder que va más allá de la simple gestión de la familia. Ellas tienen poder económico y de decisión", declaró María Teresa Principato, magistrada de Palermo y promotora de estas jornadas de estudio.
Las mujeres de la Mafia, cómplices silenciosas, se convierten, según los casos, en criminales activas o en mujeres en ruptura radical con su pasado.
"Yo era una reina", dice Rita Ganci, esposa e hija de jefes mafiosos. Su padre fue asesinado por su propio marido, con quien permaneció fielmente a pesar de lo sucedido. "Yo vivo ahora en 130 metros cuadrados, la dimensión exacta del cuarto de baño, con grifería de oro y una bañera inmensa, que antes tenía", contó otra. "Una tarde perdimos 1.400 millones de liras [unos 115 millones de pesetas] en el casino de Saint-Vicent. Y no hubo ningún escándalo por eso", recordó una tercera.
Estas tres mujeres, cuyas intervenciones fueron presentadas en vídeo, colaboran ahora con la justicia, como varios miles de mafiosos. Y este fenómeno, asociado a una fuerte represión, provoca una mutación profunda de la Mafia.
"Actualmente, 7.020 personas están protegidas por el Estado por su colaboración con la justicia. De ellas, 2.644 son mujeres", contó Antonio Manganelli, un alto mando policial responsable del servicio de protección de arrepentidos.
Mientras la Mafia, una sociedad secreta exclusivamente masculina, nunca ha cedido la palabra a las mujeres, los hombres siempre quieren hablar con ellas antes de tomar una decisión sobre su arrepentimiento.
"El mafioso la necesita entonces, necesita su apoyo, su juicio, para tomar una decisión, para que continúe creyendo en él después de que haya perdido su prestigio como jefe", explicó Liliana Madeo, socióloga. "Y es la ocasión para que la mujer tome la palabra".
"Además, ella se convierte a menudo en nuestro mejor aliado para la reinserción del arrepentido", indicó el policía Antonio Manganelli. "Las mujeres se convierten en líderes de sus familias y algunas se ponen a estudiar. Tenemos algunas que han logrado sus licenciaturas de letras o derecho". El arrepentimiento del mafioso no es nunca una opción moral, sino de conveniencia, para evitar la cárcel de por vida. Por el contrario, la mujer, si cambia de campo, es siempre después de un acontecimiento traumático en su vida, como el asesinato de un ser próximo. Entonces quiere vengarse y se convierte en alguien muy activo en el combate contra la Mafia, aun a riesgo de perder la vida, explicó Liliana Madeo. "La irrupción de las mujeres en la lucha contra la Mafia es una novedad: sean mujeres de la Mafia o mujeres magistradas, se convierten en protagonistas de esta lucha", dijo como conclusión de los trabajos de la primera jornada el presidente de la Cámara de Diputados, Luciano Violante, ex presidente de la Comisión Anti-Mafia.
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