Afán recaudatorio

Indignación e impotencia sentimos cuando escuchamos a un señor en una sala de espera del Hospital General de Guadalajara que profería todo tipo de insultos contra los dirigentes del PP porque había tenido que pagar 700 pesetas por el tiempo que tuvo su coche en el aparcamiento.¿Qué quién es culpable? En este caso, que más da, pues tanto el Ayuntamiento como el Insalud están gobernados por el mimo partido.

Es tal el afán recaudatorio de estos señores, que lo anteponen al sentimiento humanitario de familiares que tienen la necesidad y la obligación moral de acompañar y ayudar a sus enfermos. Pues bien, por si fuera poco el dolor que te embarga por la enfermedad de un ser querido, tienes que aumentar el castigo y la penalización a la que te someten unos dirigentes a los que, paradójicamente, tú has puesto en esos cargos con tu voto.

De nada sirve que el señor director gerente haga público que va a solicitar plazas gratuitas para enfermos que tengan que acudir a diario al hospital. No, señor director; no quiera usted arreglarlo; el aparcamiento de un hospital tiene que ser gratuito para todo el mundo, y si no caben todos los vehículos como ocurría anteriormente, se espera a que alguno se marche,

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y, si hay terreno libre, se amplía el aparcamiento, todo menos hacerte pagar por colaborar en un acto humanitario.

Con estos hechos nos demuestran los diferentes tramos por los que nos van a ir haciendo pasar estos gobernantes, hasta llegar al cierre de algunos hospitales, como nos anuncia el insigne profesor Barea.

Hasta aquí mi repulsa, pero ¿qué respuesta ha habido por parte de los partidos de la oposición? Que yo sepa, ninguna, al menos en cuanto a movilización y protesta de masas se refiere, y esto también es muy triste. Yo me pregunto cuándo Guadalajara va a dejar de estar sometida y resignada a los caprichos y desafueros del poder gubernamental. ¿Acaso aceptaríamos hoy sin resistencia alguna la instalación de más centrales nucleares?

En el tema que nos ocupa no cabe ideología alguna, lo haga el partido que sea. Es un atropello; primero, a la razón; segundo, a la convivencia, y tercero, a la solidaridad humana. Guadalajara tiene que decir ¡basta!-