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CRISIS EN RUSIA

"Es la guerra", dicen en Grozni los chechenos

"Es la guerra... La guerra", dice Hasan Dudáiev, un habitante de Grozni, una ciudad que permanece en ruinas a pesar de la firma de los acuerdos de paz en agosto y las promesas de reconstrucción hechas desde Moscú. Pegado a su aparato de radio, Hasan trata de entender cómo le afectará la destitución fulminante del general Alexandr Lébed, el arquitecto de esos acuerdos. Atrás quedan los 20 meses que duró la guerra.Estupor, cólera, miedo. Son sentimientos que se recogen en las calles de la capital chechena. "Usted puede estar seguro de que la guerra volverá", dice un hombre, "pero esta vez habrá atentados terroristas en Moscú".

El jefe del Estado Mayor de los independentistas chechenos, Aslán Masjadov, no es más optimista. Antes de la noticia oficial de la destitución de Lébed, decía: "Si se lo quitan de en medio, deberemos prepararnos para la guerra. Se puede esperar cualquier cosa de gente como [Anatoli] Kulikov", ministro ruso del Interior.

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"No tenemos intención de mezclamos en las batallas sórdidas que tienen lugar [en Moscú], tenemos ya bastante en nuestro plato", dijo Masjadov, desmintiendo así la acusación de Kulikov de que Lébed contaba para un supuesto golpe dé Estado con el apoyo de los chechenos.

El jefe militar checheno asegura que Lébed es "una persona realista" y que fue "el primero en comprender que Rusia y su gente están en peligro". "Kulikov es lo contrario, una desgracia para el Ejército y para Rusia".

Kulikov, cuyas tropas del Ministerio del Interior tuvieron un papel protagonista en la guerra de Chechenia, se enfrentó a Lébed por los acuerdos de paz, que calificó de "traición".

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A pesar de ello, el portavoz de los independentistas, MovIadi Udugov, se mostró esperanzado en que Léded logre sobrevivir políticamente, pues "es muy popular entre el pueblo ruso". Y recordó una encuesta realizada hace unas semanas que colocaba a Lébed como el político más popular de Rusia. El problema es que hoy es el más popular con menos poder de decisión, a no ser que haya elecciones en breve. Y eso depende de Yeltsin y de su salud.

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