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El presidente de CEOE se compromete con Gutiérrez y Méndez a no abaratar el despido improcedente

El presidente de CEOE, José María Cuevas, y los líderes de CC OO y UGT, Antonio Gutiérrez y Cándido Méndez, han mantenido dos reuniones discretas -la última en la tarde del jueves y la otra la semana pasada- para diseñar el escenario en el que se va a desarrollar la negociación en las dos mesas abiertas por la patronal y los dos sindicatos. Una para tratar los desajustes del mercado laboral y otra para racionalizar la negociación colectiva.El jueves participaron también el presidente y el secretario general de CEPYME, Manuel Otero y Elías Aparicio, y otros altos responsables de la patronal y de los dos sindicatos. Cuevas se comprometió claramente con Gutiérrez y Méndez a no tocar ni abaratar el despido improcedente, que cuenta con una indemnización de 45 días por año trabajado. La patronal ha asumido que insistir ahora en esa vieja petición reventaría cualquier negociación.

El próximo diálogo se dirigirá a clarificar las causas del despido objetivo -por razones económicas, organizativas, tecnológicas o de producción e indemnizado con 20 días por año trabajado-, y que ello evite que las dos figuras de despido se utilicen indebidamente.

Las dos partes coinciden en que la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre el despido por causas económicas ha sido oportuna y clara". El fallo judicial ha puesto de manifiesto lo que muchos expertos en derecho laboral venían diciendo: la reforma laboral de 1994 ha introducido una amplia flexibilidad que los jueces irán reconociendo poco a poco.

El segundo gran tema que se va a negociar es lograr una mayor estabilidad de la contratación y disminuir la eventualidad mediante la reducción de la actual batería de modalidades de contratos. Junto a ello, se discutirá un marco para potenciar la creación de empleo mediante la ordenación del tiempo de trabajo y otras medidas.El tercer bloque de debate consistirá en diseñar "un mapa de negociación colectiva", estableciendo contenidos para los convenios a nivel sectorial estatal y aglutinar en torno a ellos los de ámbito inferior.

Según fuentes de la patronal y de los sindicatos, que han confirmado esos contactos, el clima que todos han detectado es que pueden discutir unos acuerdos amplios que refuercen la autonomía de empresarios y sindicatos y desde ella marcar el funcionamiento del mercado laboral sin esperar a que el Gobierno tome decisiones unilaterales o medidas impuestas como ocurrió con la reforma laboral de 1994 del Gobierno socialista.

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