Banesto convence a Miguel Induráin para que corra en septiembre la Vuelta a España

Miguel Induráin se convenció ayer de que debía correr la Vuelta y dio el sí a su equipo. El ciclista navarro no las tenía todas consigo sobre su capacidad para afrontar con éxito el nuevo desafío, pero las dotes de persuasión de sus técnicos -José Miguel Echávarri y Eusebio Unzúe- provocaron el sí. "El equipo me ha obligado, son órdenes superiores, y ante eso no hay nada que hacer", declaró Induráin. "Eso no quiere decir que le hayamos puesto un cuchillo en el cuello", dijo Echávarri. Es la octava vez que Induráin acude a la Vuelta, una ronda que no corre desde 1991.

Echávarri fue expresivo: "Simplemente hemos actuado como el padre que quiere lo mejor para su hijo y le ha hecho ver lo que tenía que hacer. Miguel ha asumido su responsabilidad. Mi mayor deseo es que algún día me lo agradezca y me diga: tenías razón, tenía que correr la Vuelta".El argumento principal que ha convencido a Miguel Induráin para correr la Vuelta es que no tenía ningún argumento para el no. El ciclista comentó que no estaba bien del todo, que se cansaba y que sufría calambres; sus técnicos le respondieron que así estaban todos sus posibles rivales en la ronda, que se fijara en Jalabert, Zülle o Escartín. Y que incluso, aunque estuviera peor, llegaba con ellos a los momentos importantes (Jaizkibel, en San Sebastián; Navacerrada, en los Puertos; Lagunas de Neila, a pesar del pinchazo, en la Vuelta a Burgos). Induráin argumentó luego su cansancio psicológico, después de una temporada muy cargada, pero le respondieron que eso era pasajero y que lo que no podía hacer es dejarlo a mitad de temporada.

"La verdad es que no he ganado aún ninguna Vuelta, pero tampoco he ganado otras carreras. Tampoco pasa nada si no la tengo", dijo Induráin. Pero le respondieron que si quería disputar el Mundial debería entrenarse fuerte, una alternativa aún más dura psicológicamente que disputar la ronda española. Detrás del interés de sus técnicos para convencerle de la idoneidad de correr la Vuelta también estuvo el interés del patrocinador, de los hombres de Banesto. "Su presión no ha sido mayor que los demás años", explicó Echávarri. "Siempre han querido que corriera la Vuelta, pero otros años Miguel tenía otros objetivos y otros argumentos alternativos". El reto, sin embargo, es peliagudo. Si Induráin triunfa en la Vuelta, mucha gente no lo dará importancia por ser una carrera menor para un pentacampeón del Tour que siempre ha declarado que la ronda española no serviría como reválida del Tour; si no gana, crecerán las voces de los que dicen que su carrera se está acabando.

A diferencia de los últimos años, en que antes de decidir Induráin si corría la Vuelta, los responsables del Banesto mantenían negociaciones con Unipublic sobre la participación, esta vez no se ha producido ninguna. El organizador de la Vuelta simplemente se ha acercado para decir lo mucho que le gustaría que Induráin tomara parte. La presencia del navarro salva en cierta forma una Vuelta que las últimas temporadas había languidecido con su ausencia y que éste corría parejo riesgo. Una participación fuerte del extranjero -Jalabert, Zülle-, pero a final de temporada, ya con un nivel bajo.

El equipo que acompañará a Induráin en la Vuelta ya está prácticamente decidido. Lo formarán tres jóvenes, dos de ellos debutantes en la ronda -Jiménez y Blanco-, más Casero. El resto serán sus hombres de confianza en el Tour: Alonso, Aparicio y Rodrigues. Quedan dos dudas que saldrán de estos cuatro hombres: Ramontxu o Miranda; Nijboer o García Acosta.Koerts gana en Burgos

Por otra parte, en la ronda burgalesa, el ciclista holandés del equipo Palmas, Joan Koerts, se impuso ayer al sprint en la tercera etapa, disputada entre Poza de la Sal y Miranda de Ebro con 171 kilómetros de recorrido. La clasificación general no ha sufrido variantes y el suizo Tony Rominger (Mapei) continúa al frente de ella con una ventaja de tres segundos sobre José María Jimenez (Banesto) y 35 sobre el corredor francés de la ONCE, Laurent Jalabert.