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La Comunidad incumplió la normativa europea sobre el ozono 17 veces en un año

Vicente González Olaya

Paradoja atmosférica. Mientras en la estratosfera falta ozono -el famoso agujero-, a pie de calle sobra. Y esto último no es aconsejable para la salud. Una reciente directiva europea obliga a las administraciones a informar a los ciudadanos de la cantidad de ozono que existe sobre sus cabezas.Por ello, cuando se superan los 180 microgramos de este gas por metro cúbico, la Comunidad está obligada a informar a los ciudadanos para que éstos tomen sencillas precauciones. Si se detectaran más de 360 microgramos -algo que nunca ha ocurrido y de lo que se está muy lejos-, habría que poner en "alerta a la población". Desde el pasado 26 de septiembre, fecha en que entró en vigor un real decreto que desarrollaba la normativa comunitaria, en Madrid se han superado 17 veces (de un total de 44.000 mediciones) los 180 microgramos, reconoce la propia Comunidad. Sin embargo, Medio Ambiente no ha informado. ¿La causa? "No crear alarma", relata José Orlandis, director de Calidad Ambiental. No obstante, la Consejería de Medio Ambiente cambió ayer de criterio: anunciará en los medios -tal y como le obliga la ley- los niveles de este gas. Una alta concentración puede provocar problemas respiratorios, sequedad de boca y dolores de cabeza.

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Un megáfono anunciador

Los medidores de gas no funcionaron durante dos meses y medio

José Orlandis, director de Calidad Ambiental, matiza: "Los niveles de información sólo se han superado escasas veces y durante periodos muy breves. De tal manera que cuando nos llega la información y la queremos trasmitir a las zonas afectadas, los niveles ya han descendido de manera brusca. Además, la normativa europea no tiene en cuenta el gran número de horas solares de España, donde el ozono se forma más fácilmente que en Suecia, por ejemplo. Hay que recordar que sus efectos negativos son muy pequeños. Creo que la insolación que pueden sufrir los ciudadanos al sol es más grave que las moléculas de ozono que puedan respirar. De todas formas, desde mañana [por hoy] enviaremos los datos a los medios de comunicación, pero tampoco servirá de nada, porque cuando salgan los periódicos o lo anuncien en la televisión los niveles serán completamente distintos. No podemos salir con un megáfono por la calle indicando que el ozono está subiendo".Medio Ambiente reconoce que sus estaciones no funcionaron entre el 31 de marzo y el 15 de julio. "Hubo un problema con los pliegos de condiciones y un cambio en el sistema informático. Pero ya está todo solucionado", explica.

La asociación ecologista Aedenat señala que Medio Ambiente "no puede poner excusas baladíes para explicar lo inexplicable". "Tienen medios como las pantallas de información pública para señalar a los ciudadanos que no deben hacer ejercicios bruscos o permanecer mucho al sol cuando los niveles son altos", dicen. Consideran que este tipo de contaminación ha de prevenirse disminuyendo las emisiones de los vehículos, calderas de carbón e instalaciones con combustiones industriales.

Según el Ministerio de Fomento, el ozono penetra muy profundamente en las vías respiratorias e irrita las mucosas y los tejidos pulmonares. Si la concentración es muy alta -cosa que no ha ocurrido-, puede provocar tos, dolor de cabeza, lasitud y dolores.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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