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Desterrados de palacio

Los bonsáis de Felipe González despiertan gran expectación en Alcobendas

Son los bonsáis del morbo. Así los definen muchas de las 500 personas que el pasado fin de semana visitaron los 17 ejemplares regalados por el ex presidente Felipe González al Jardín Japonés de Alcobendas (87.000 habitantes). La expectación ha sido enorme, porque se anunció que el pasado sábado el propio González presentaría los bonsáis a los vecinos. Sin embargo, el ex presidente no acudió a la invitación municipal."¿Los ha cultivado Felipe o tenía jardineros que le hacían todo el trabajo? ¿Qué bonsái tenía en su despacho? ¿Cuál era su preferido? El hombre no tendría sitio en su casa nueva, y por eso los ha traído, ¿no?". Éstas son algunas de las preguntas que los visitantes hacen a David Benavente, el jardinero que mima los 80 bonsáis que alberga el Jardín Japonés. Los niños preguntaban por "Ios bonsáis de Felipe" mucho antes de que llegaran, dice Benavente. Sin duda, el ejemplar más apreciado es un enorme bosque de hayas que González tenía en su despacho presidencial. El conjunto de hayas, sustentado, por una base de cuarcita, reproduce incluso las fresas, silvestres que crecen debajo de estos árboles. Son fresillas dignas de David el Gnomo, algo que hace las delicias del público infantil.

El momento mágico del museo surge precisamente con la llegada de los niños. Es entonces cuando podemos llegar a ver "los duendecillos que podan los árboles para convertirlos en bonsáis", según cuentan los guías del Jardín Japonés o Museo del Bonsái. "Yo he visto el duende ahí detrás", cuenta Teresa. "Yo no me creo eso, es muy raro", asegura Jaime. Todos son alumnos de cinco y seis años del colegie, San Patricio de El Soto de la Moraleja, en la primera salida escolar de su vida.

Para los entendidos, como el visitante Antonio Caño, de 35 años, los nuevos ejemplares son "geniales". Tanto que le dan tentaciones de llevarse alguno debajo del brazo.

Los visitantes se quedan embobado mirando el madroño, el palmito, el boj, el pino negro, el fresno, el roble, el alcornoque o el manzano de flor, traído de Japón especialmente para Felipe González. Miran muy de cerca una pequeña placa donde se certifica que esos bonsáis pertenecieron al ex presidente y se preguntan cómo es posible que le diera tiempo de regarlos cada día, "si es que lo hacía". Hacen corrillos y comentan: "Yo he oído que muchos árboles e los sacaban de sitios recónditos, como montañas o lagos".

Museo de Bonsáis de Alcobendas. Avenida de la Guindalera, s/n, entrada 16 de la N-I. Horario: días laborales, de 10.00 a 13.00; días festivos, de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00. Lunes, Cerrado. Entrada gratuita.

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