Fuera de onda

Es la otra cara, pero muy probablemente es la que mejor refleja el estado del ciclismo español. No es la de Induráin y el Banesto, ni la de los jóvenes del ONCE, ni la de Olano, es la fotografía para la que todos los días posa el MX-Onda en el Giro. Empezaron nueve. El primer día se cayó la figura -Wust-, después llegaron tres fuera de control -Cordes, Nieto y Díaz-, otros dos se retiraron antes de quedar eliminados -Santamaría e Irusta-; sólo quedan Uría, Moller y Cerezo, tres que obligan todos los días a empezar a leer las clasificaciones por la cola. El equipo tiene unos 225 millones de presupuesto. No menos que el de otros equipos que brillan -Scrigno, -Aki, Amore e Vita...-, pero sus corredores son incapaces de aguantar un ritmo superior a los 40 por hora.

Hay quien dice que Maximino Pérez, su director, no cuadra con estos tiempos de mano dura y control exhaustivo sobre los ciclistas. Hay quien dice que en España no hay corredores de garantías para tanto equipo, que el ciclismo aficionado es un exprimejóvenes. Alguien recuerda que los médicos del MX-Onda dimitieron hace poco; entre otras razones porque no contaban con presupuesto para medicamentos y análisis: no podían responder a la presión que exigía triunfos sin disponer de la misma gasolina que los rivales. Sea por lo que sea, el equipo está fuera de onda.