"El Madrid actual se parece mucho al del barroco"
Azpeitia es un filólogo madrileño de 33 años que vive tanto de la literatura propia como de la ajena. Ha sido cantante de ferias, guía turístico en el Museo del Prado, guionista, investigador literario, editor y editado. Su apellido, aunque engañoso -los Azpeitia proceden de Calatayud desde el siglo XVII-, justifica la pasión del escritor por el agua que cae del cielo y el garbo pesimista con que se cala la gabardina. Ha novelado las biografías de Mesalina y la de Francisco de Quevedo, con quien se reencuentra otra vez, al igual que con Góngora o Lope de Vega, para reunir en una antología, los trabajos poéticos de sus admirados maestros. La Biblioteca Nacional suele ser el escenario de sus citas. También la primera y la última circunstancia para que el escritor viva en Madrid, amén de su aversión por el mínimo viaje. Su última novela, Hipnos, es la historia de una: psiquiatra amnésica, trastornada quizá por el castigador viento de la tramontana en El Ampurdán.Pregunta. ¿Como escritor, le beneficia trabajar en empresas editoriales?
Respuesta. No mucho. He llegado a la conclusión, que para publicar una novela no sirven los enchufes, sino que al editor le guste lo. que escribes. Siempre había vivido de la enseñanza, es ahora cuando, por fin, puedo dedicarme a los libros.
P. ¿Es Madrid una especie de meca para los escritores?
R. Es una meca para los editores,. aunque el contacto entre el escritor y el editor suele ser, por lo general, bastante distante. El contacto es mínimo.
P. Usted frecuenta la Biblioteca Nacional.
R. Muchísimo, es una maravilla; una de las primeras razones que tiene un escritor para vivir en Madrid. Ahora con la informática, el acceso a cualquier dato es todavía más fácil.
P. ¿Cómo es el Madrid que le enseñan sus autores favoritos?
R. El Madrid del barroco es muy atractivo. Lleno de lodo por todas partes, empedrada tan sólo la calle por donde circulaba la carroza de Felipe IV. Un Madrid muy singular lleno de gente buscándose la vida.
P. Como el de ahora, ¿no?
R. Sí. Ahora son emigrantes. Antes era el escritor que venía del campo cargado de bolsas, o el ladrón de faltriquera. El Madrid actual tiene una imagen muy barroca. Todos somos un poco como el usurero de los poemas de Horacio, que se levanta cada mañana y hace una especie de menosprecio de corte y alabanza de aldea. Y que, al finalizar su letanía, empieza a contar su dinero y sale a la calle buscando más. Así somos en general los madrileños, como en toda gran ciudad.
Hipnos. Editorial Lengua de Trapo. 1.900 pesetas.
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