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La ablación femenina será delito federal en EE UU

La medida facilitará el asilo político a mujeres que huyan de los países donde se practica

Antonio Caño

El Senado norteamericano ha decidido tratar la mutilación genital femenina, una práctica frecuente en varios países africanos, asiáticos y de Oriente Próximo y extendida a las comunidades de ese origen en Estados Unidos, como un delito federal. Eso supondrá altas penas de cárcel para quienes realicen esa operación en territorio norteamericano y facilitará considerablemente la obtención de asilo político para las mujeres que huyan de esa tradición en sus países.Al mismo tiempo, en un tribunal de Falls Church (Virginia), una ciudad próxima a Washington, comenzó a debatirse ayer la posibilidad de que el miedo a ser sometida a la ablación del clítoris sea considerada a partir de ahora como causa para que una mujer sea admitida como refugiada política en Esta dos Unidos.

La decisión del Senado supone un fuerte impulso para los partidarios de la extensión del asilo político a las víctimas de esa mutilación. Pero el debate sobre este asunto está fuertemente limitado por el temor a que EE UU pueda convertirse en un santuario para las miles de mujeres que cada día son sometidas en el mundo a esa práctica cruel.

La posición sostenida por David Martin, el principal responsable del Servicio de Inmigración, es que no sean admitidas como refugiadas políticas las mujeres a las que ya se les ha practicado la mutilación de sus órganos genitales, ni aquellas que sólo tengan que afrontar marginación social y económica si se niegan a someterse a esa práctica.

La posición de la agencia oficial ha sido considerada excesivamente restrictiva por las organizaciones en defensa de la mujer, que han argumentado que la mayoría de las operaciones de ese tipo en África se practican cuando las mujeres tienen entre cuatro y 10 años, una edad en la que todavía no son capaces de oponerse. Además, los partidarios de la extensión del asilo político creen que también debe de considerarse como amenaza la marginación social, porque muchas mujeres son relegadas a la prostitución en sus países si se niegan a la ablación.

El debate sobre la ablación genital ha llegado hasta esta instancia gracias al caso de Fauziya Kasinga, una joven de 19 años que entró ilegalmente en Estados Unidos por miedo a ser sometida a esa operación en su país, Togo. Kasinga fue puesta en libertad el mes pasado después de haber permanecido en prisión durante más de un año por decisión de un juez que no creyó su historia.

Expertos en salud de EE UU han calculado que alrededor de dos millones de mujeres son sometidas a esa práctica en varios países de África, Asia y Oriente Próximo. Pero miembros del Servicio de Inmigración han calculado que sólo un pequeño grupo de esas mujeres tiene carácter y recursos para viajar y solicitar asilo político en este país.

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