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Entrevista:

"La Comunidad es un desastre con las cañadas"

Un parricidio entre toros es la primera imagen de infancia que recuerda José Hernández Tabernilla, hijo y nieto de ganaderos. Desde hace 113 años su familia cría toros de lidia en la Sierra de Madrid y en Aranjuez. Nació en plena guerra civil y le tocó apechugar con lo mejor y lo peor de la Fiesta. Desde los diez años trasegaba las vacas por las cañadas de El Escorial a Guadalix pero, en compensación comenzó a ir a los toros en pleno apogeo de Manolete. Este año ha conseguido. el premio Cayetano Sanz, otorgado por el Ayuntamiento de Madrid y la cadena Radio Voz al toro más bravo y a la corrida más completa del año 1995 en Las Ventas. El toro más bravo, de nombre Mosquitero, lo fue tanto que el torero que lo toreó, Mariano Jiménez, no pudo matarlo.Pregunta. ¿Cómo era Mosquitero?

Respuesta. De una nobleza extraordinaria. En mi ganadería el toro que mejor se maneja en el campo es el más bravo en la plaza. A Mosquitero con dos años le hicieron un reportaje para Telemadrid. Un cámara se escondió en un burladero y el toro se acercó hasta quedar a un palmo del objetivo. ¡No te muevas, no respires!, le grité al cámara y el toro salió sin hacerle nada.

P. ¿Recuerda la corrida premiada?

R. Fue una corrida con 19 puyazos. Mosquitero se arrancó muy fuerte y tomó cuatro, después con la muleta se creció. Al final me pidieron las cabezas de cuatro de los toros lidiados. Creo que la de Mosquitero está en un mesón de Paracuellos.

P. ¿Qué le dijo al torero que no pudo matarlo?

R. Después de la lidia hablé con él, le dije que pensaba que era un buen torero y me dijo que se iba a retirar. Intenté animarle y le invité a mi casa a tentar becerras. Creo que ahora quiere volver y además con toros nuestros, lo que demuestra su pundonor.

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P. ¿No le da pena cuando le matan un toro?

R. Si me lo matan con honra y le aplauden me emociono; si le dan la vuelta al ruedo en Madrid se me saltan las lágrimas; pero, si es manso, siento vergüenza, como si yo hubiera estafado a la gente, me deprimo porque yo no lo he criado para eso.

P. ¿Qué cree que siente un toro en la plaza?

R. Yo creo que un toro bravo en ese momento no siente nada. Cuando nace el becerro y pesa sólo siete kilos, su primer instinto ya es embestir. Yo creo que si un toro es bravo no le duelen los puyazos. Pero si es manso entonces es cuando le duele, por eso no quiere ir al castigo.

P. ¿Todavía traslada a las vacas por las cañadas?

R. Lo hemos seguido haciendo hasta hace dos años, pero con el desastre que es la Comunidad con las cañadas ya no se puede; están llenas de vertederos.

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