Pasan a disposición judicial 25 'centuriones' detenidos en Barcelona

Un total de 25 de los miembros de la banda Centuriones -grupo de ideología neonazi y estética motard- detenidos el jueves por la noche en Barcelona y sus alrededores, pasaron ayer por la mañana a disposición judicial y empezaron a declarar por la tarde. La policía, tras agotar el plazo máximo de 72 horas previsto por la ley para las detenciones en comisaría, dejó en libertad a 9 de los detenidos.

Los 25 detenidos pasaron a disposición de los juzgados de guardia de Barcelona, Cornellá y Rubí. Anoche, los de Barcelona seguían declarando ante la juez de guardia del Juzgado de Detenidos número 3, Eva Moltó. Según fuentes judiciales, la juez no tomará ninguna decisión hasta que no acabe de interrogar a todos los detenidos.En el exterior de los juzgados, una veintena de familiares y amigos de los detenidos, acusaron a la policía de haber realizado "una redada indiscriminada contra gente cuyo único delito es tener una moto y un aspecto diferente". Los abogados reclamaron la presunción de inocencia para sus defendidos.Durante la operación policial del jueves pasado, que culminó con la detención de los 34 miembros de Centuriones -de entre 20 y 30 años-, se practicaron 12 registros a locales, domicilios particulares, y la sede de la banda, sita en la calle de Fluvià de Barcelona. La policía se incautó de tres escopetas, dos rifles, tres pistolas, abundante munición, sables, puños americanos, porras, gases lacrimógenos, equipos radiotransmisores, materia informático, droga, dinero, 23 motocicletas y 9 coches.

A los detenidos se les atribuye media docena de agresiones, así como tráfico de drogas, robos de coches y motos, cobros a morosos con intimidación y dar palizas por encargo. Según la policía, el número de víctimas de este grupo no se puede establecer con exactitud, ya que muchas de ellas no han denunciado las agresiones por miedo a las represalias.

La policía considera responsables de la banda a Alejandro Constante, Ramón Olivas, Carlos Ezquerra y Michael Korn. Éste vivía en la embarcación Constancia, que se alquilaba para celebrar fiestas y está a nombre de una sociedad que el grupo usaba para encubrir sus actividades.

Según la policía -que atribuye al grupo conexiones con la banda estadounidense Angeles del Infierno y con otros grupos neonazis de varios países-, el funcionamiento de la banda es idéntico al de las sectas, caracterizado por una férrea disciplina.