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Energía nuclear y calentamiento global de la atmosfera.

ANTXON OLABEEl autor afirma quela única solución eficiente al calentamiento de la atmósfera es la cooperacion entre los países principales emisores de los gases que causan l problema.

Antxon Olabe

La reciente reunión en Madrid del panel inernacional de científicos comisionados por las Naciones, Unidas para analizar el cambio climático ha concluido afirmando que existen suficientes evidencias para hablar de una relación de causa-efecto entre la emisión antropogénica de los llamados gases de efecto invernadero y el progresivo calentamiento detectado en la atmósfera a lo largo de los últimos 150 años.En opinión de algunos científicos, y ciertamente en la de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, la energía nuclear es una buena alternativa frente a la combustión de energías fósiles, pues no produce efectos nocivos en la atmósfera del planeta. El problema de la energía nuclear es, sin embargo, como lo señaló en 1981 el entonces jefe científico del Departamento de Energía del Reino Unio, sir Herman Bondi "que no le gusta a la gente".A juzgar por lo acaecido en los últimos 10 años, tampoco le gusta mucho a los inversores financieros internacionales, pues -desde 1985 los pedidos de nuevas centrales en los países desarrollados se han realizado con cuentagotas. La causa: la ley de hierro de los precios relativos de las distintas fuentes de energía, que ha hecho que en los últimos 15 años la energía nuclear se haya vuelto no competitiva. La misma Agencia Internacional de la Energía Atómica reconoce en sus previsiones que la energía nuclear pasará de producir el 17% de la electricidad mundial que genera en la actualidad, al 13% en el 2010, un descenso del 25%. Ello supone, dicho crudamente, una situación de declive estructural.Desde la perspectiva de la teoría económica, el problema del calentamiento global de la atmósfera es conceptualizado como una externalidad recíproca: no, importa qué país sea el emisor de los gases causantes del problema, las consecuencias las pagan todos los países. Como es bien sabido por los economistas, éste es el escenario perfecto para la emergencia de la actitud conocida como free riding, que en español castizo sería ir de gorra. Todo país está tentado a que sea otro quien reduzca las emisiones de gases nocivos, pues sabe que va a beneficiarse de las ventajas de una atmósfera menos contaminada, sin tener que cargar con los costes de dicha reducción. La teoría de juegos enseña que la única solución globalmente eficiente a un problema de estas características es una solución de cooperación entre los participantes del "juego", en este caso entre los principales emisores de los gases causantes del calentamiento de la atmósfera de la Tierra. Pero dichos países sólo estarán dispuestos, a lograr esa solución de cooperación si los beneficios que ello les reporta son superiores al coste de oportunidad, es decir, al beneficio que obtendrían en una solución no cooperativa.En el juego del global worming hay cuatro jugadores principales. El núcleo fuerte de los países económicamente desarrollados, o Grupo de los Siete, és el primero de ellos. La ex URSS, China y la India son los tres restantes. Entre todos ellos, emitieron en 199 0 el 73% del dióxido de carbono, el 68% de los CFC y el 52% del metano, tres de los principales gases causantes del efecto invernadero. Si bien el G-7 está a la cabeza de las emisiones, las tendencias están cambiando rápidamente. Así, dicho grupo de países ricos estabilizó sus emisiones de C02 en la década de los ochenta, mientras,China incrementaba las suyas en el mismo periodo en un 5,11% y la India en un 6,53%. En el caso de los óxidos de nitrógeno, el G-7 ha disminuido sus emisiones en dicha década, mientras que, la ex URSS las aumentaba en un 2%, China en un 4% y la India en un 4,4%. En el caso de los CFC, la diferencia de tendencias es aún mayor. Así, una proyección de dichas tendencias nos lleva a la importantísima conclusión de que en el año 2015 China va a ser el primer emisor mundial -de C02, CFC y de NOx, ¡con la India jugando un papel emisor también fundamental. Esto significa en términos de estrategia que la solución al problema del calentamiento de la atmósfera asa totalmente por soluciones que sean factibles para China e India, que, no olvidemos, representaran por esas fechas aproximadamente a uno de cada dos seres humanos.Dada esta estructura deljuego es irreal creer que la energía nuclear ofrece una solución al problema del calentamiento global de la atmósfera por las siguientes razones:1. China tiene los mayores yacimientos mundiales de carbón, lo que lógicamente le lleva a utilizar masivamente esta fuente de energía. La ex URSS tiene, asimismo, las mayores reservas mundiales de gas y el recuerdo de la peor tragedia nuclear de la, historia,, Chernobil, aún reciente en su memoria.2. La energía nuclear requiere no sólo de unas masivas inversiones de capital, sino que soporta unos costes financieros extremadamente altos debido al largo periodo que por término medio dura la construcción de una central, de 8 a 10 años. Paises como China y la India, y en menor medida la ex USRR, sólo estarían dispuestos a plantearse una opción de esas características si los paises occidentales se hiciesen cargo de la factura, que sin duda alcanzaría muchos billones de pesetas.

3. Es francamente improbable que la opinión pública occidental apoye pagar de su bolsillo una factura nuclear de esa magnitud y ello porque es una energía altamente impopular, porque es una factura gigantesca, y porque los problemas de seguridad de dicha energía aumentan a medida que la solidez económica, tecnológica y política del país que la desarrolla disminuye, como han demostrado las ex repúblicas soviéticas estos últimos años.

Estos factores son suficientes para descartar la credibilidad de la opción nuclear como alternativa a la combustión de las energías fósiles en países como China, India y en menor medida la ex URSS. Además, la experiencia de los últimos 15 años en los países desarrollados ha demostrado que es posible estabilizar y empezar a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero gracias a un sustancial incremento de la eficiencia energética. Hoy día, una unidad de output es producida en términos reales con mucha menor energía que en el pasado. Y esta mejora de eficiencia se ha conseguido al mismo tiempo que los programas comerciales nucleares estaban prácticamente parados, con la excepción de Francia. Ello ha demostrado empíricamente que la alternativa al calentamiento de la atmósfera no es la energía nuclear.

Los países desarrollados tienen ahora ante sí una doble tarea si realmente quieren continuar dando pasos reales hacia una solución cooperativa al difícil problema del global warming. Una, profundizar en sus niveles de ahorro y eficiencia energética de manera que la cantidad de gases de efecto invernadero, medida en términos absolutos, disminuya cada año, para así ayudar a equilibrar el inevitable aumento de dichos gases proveniente de los países en vías de desarrollo. Dos, movilizar importantes ayudas financieras y tecnológicas a países como China, India y la ex URSS para modificar los desincentivos que actualmente les afectan, de cara a lograr su participación en una solución cooperativa al problema del calentamiento global.

Sólo dicha ayuda masiva puede crear los incentivos económicos suficientes para que dichos países reconduzcan sus políticas energéticas hacia la utilización de energías y tecnologías menos generadoras de calentamiento atmosférico.Antxon Olabe es economista.

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