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El coronel Perote ofreció a Libia una empresa como tapadera para sus agentes en Europa

El coronel Juan Alberto Perote, ex número dos del servicio de información militar (Cesid) hasta noviembre de 1991 y actualmente preso en Alcalá de Henares (Madrid), ofreció en diciembre de 1992 cobertura en España al espionaje libio a través de una empresa, Euro Appraisal, que debía servir de tapadera para sus actividades en Europa. Confirman este hecho una grabación y una declaración firmada de un testigo de las conversaciones del militfar con diplomáticos libios, así como ex colaboradores de Perote y mandos del Cesid. A cambio, Perote pretendía obtener una alta inyección económica de Trípolí (más de mil millones de pesetas).

Para demostrar su buena voluntad, el coronel delató a Libia, ante testigos, la identidad de un topo de los servicios occidentales -una secretaria de la oficina diplomática- e informó que la CIA (agencia de espionaje estadounidense) disponía de un micrófono en el despacho del embajador. Esta revelación de Perote obligó a decenas e agentes españoles a desmantelar el sistema de escuchas sobre la Embajada libia, como publicó este diario el pasado septiembre.Las primeras indiscreciones del coronel Perote tuvieron como escenario el restaurante Los Porches, ubicado en el paseo Pintor Rosales, de Madrid. A una cena, celebrada en diciembre de 1992, acudieron cuatro personas: el coronel ex agente del Cesid, un miembro de la Embajada libia, un empresario colaborador de Perote y su jefe de seguridad. Los tres primeros compartieron mantel. El cuarto cenó en una mesa aparte, si bien posteriormente conoció los detalles de lo tratado a través del empresario. Un testigo ha narrado a EL PAÍS dicha reunión y sus detalles mediante un escrito y una grabación.

El encuentro con el diplomático libio fue gestado por el propio Perote. En la cena, el coronel y su acompañante abordaron la posibilidad de vender a Libia coches usados en buen estado, procedentes de empresas de alquiler de vehículos. En ese contexto de entendimiento, Perote reveló informaciones sensibles. Explicó que en el despacho del embajador libio, incrustado en un panel de madera, sobre su cabeza y a su espalda, la CIA había instalado un micrófono indetectable por el barrido electrónico.

La delicada confidencia del militar no era el plato principal, sólo el entrante. Perote delató la identidad un topo en la Embajada libia. Reveló que una empleada de confianza del embajador pasaba información a los servicios de información occidentales. En el segundo piso de un edificio de la calle del Pisuerga, situado frente a la Embajada, un dispositivo. permanente de agentes vigilaba y grababa todas las entradas y salidas, según dijo. También detalló los sistemas utilizados para interceptar las comunicaciones de los funcionarios libios cuando utilizaban las antenas instaladas en el edificio.

La cena en el restaurante Los Porches fue la primera reunión del militar con los libios, pero no la única. Posterioemente, y también ante testigos, Perote participó en al menos otra entrevista. En ella, el ex agente del Cesid subió la apuesta: ya no se trataba de vender vehículos usados en buen estado y a 300.000 pesetas la unidad, sino de hacer negocios más lucrativos relacionados con la compra-venta de petróleo, chatarra, alimentos enlatados y urea. Perote ya ocupaba la jefatura de seguridad de la petrolera pública Repsol.

Espionaje en Alemania

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Según una grabación y una declaración firmada de uno de los testigos de la conversación que obran en poder de este periódico, Perote, en ese segundo encuentro, ofreció cobertura a los agentes libios, con especial atención a los que operan en Alemania, y se comprometió a suministrar información de interés a los servicios de Gadaffi.

La idea era reflotar Euro Appraisal con petrodólares del régimen de Trípoli para generar un entramado empresarial que sirviera de cobertura al espionaje libio en toda Europa. Finalmente, los contactos Perote-espionaje libio se quedaron reducidos a un intento fallido de gestionar un crédito de 250 millones de pesetas a través de Aresbank (banco con capital libio) para Euro Appraisal. Esta operación gozó inicialmente del apoyo del propio embajador libio.

Perote tiene un amplio conocimiento de las actividades y del personal de las embajadas árabes en España. No sólo por su larga experiencia en el servicio secreto, sino también por el empleo de jefe de seguridad en Repsol, al ques e incorporó tras su salida del servicio secreto, en noviembre de 1991. En virtud de sus cargos, el militar mantuvo contactos frecuentes con autoridades de Argel y Libia.

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