_
_
_
_
UNIVERSIDAD: HISTORIA CONTEMPORÁNEA

Estudiantes de la Complutense acusan a un profesor de "fascista y racista"

Afirman que un trabajo sobre su árbol genealógico atenta contra la intimidad

Los alumnos de tercero de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid pertenecientes al plan de estudios de 1975, plan de estudios extinto pero del cual queda este grupo de alumnos, están que se suben por las paredes desde que el pasado mes de octubre el titular de esta materia, José Luis Martínez Sanz, les obligara a confeccionar el árbol genealógico familiar. Aseguran los estudiantes que no es el trabajo en sí lo que les molesta, "sino las directrices y la particular visión de la historia" que vierte Martínez Sanz en clase. "Nos parece un atentado contra la intimidad porque este señor se jacta de decir cosas como que los españoles no somos europeos, o que los castellanos son los únicos que tienen linaje, y cosas así. Está permanentemente aludiendo al sentido patrio de la historia; a que debemos tener, como historiadores, una concepción de España como una gran familia. Es fascista y racista", concluye un grupo de estudiantes.

Tarea vital

La respuesta de Mártínez Sanz es igualmente rotunda y no exenta de perplejidad: "Llevo 20 años dando clases, jamás he tenido problemas en relación con el árbol genealógico; además, considero que es una tarea vital para un historiador. ¿Cómo quieren ser historiadores si no saben ni siquiera hacer su propia investigación familiar? No es ningún atentado contra la intimidad. Nunca he ofendido a nadie; si un alumno no puede hacer el trabajo, puede venir y explicar sus razones. Y no pasa nada. Verá, se trata sólo de un trabajo de clase para alumnos universitarios que pretenden ser historiadores, lo que ocurre es que sólo el 17% de los que se matriculan en esta carrera tiene verdadera vocación".

En las explicaciones que el profesor proporciona a sus alumnos para orientar el trabajo figuran afirmaciones como ésta: "Para el alumno de esta asignatura, el primer trabajo (árbol genealógico) es, más que un trabajo, una prueba objetiva y personal de verificación acerca de su vocación y aptitud para el oficio de historiador".

"Un segúndo objetivo, de importancia capital ahora que se nos impone un pseudocosmopolitismo disfrazado de europeísmo", añade, "es mantener y preservar nuestras señas de identidad cultural: aquellas señas de identidad que nos hacen ser castellanos primero, y españoles después, que nos diferencian de cualquier otro pueblo de Europa y del mundo, y que nos hacen ser herederos de la historia, las tradiciones, las gestas, las glorias y las miserias de nuestros antepasados",

En opinión de Martínez Sanz, no hay en estas afirmaciones ningún elemento apologético, sesgado o premeditamente tendencioso. "En absoluto, todo lo que digo es cierto y comprobable, lo que pasa es que los libros de texto de historia de España sí son sesgados, desde hace algunos años, e impiden que los alumnos posean una identidad cultural. Para mí, ser español es muy importante, y creo que esta identidad debe preservarse. Por eso les mando construir su árbol genealógico".

Son justamente estas "verdades históricas" las que los alumnos califican como '"fascistas y racistas", aunque Martínez Sanz, convencido de hacer lo mejor para sus pupilos, defiende el valor pedagógico de cuanto explica. "Mire, cuando les explico que los castellanos formamos parte de una familia o linaje construido hace más de mil años, no estoy atentando contra nadie, sólo digo la verdad; del mismo modo que es cierto que el linaje es una línea de generaciones que parte de los orígenes de la Reconquista de España por nuestros antepasados contra los invasores ex tranjeros".

¿Dónde está la ofensa?, ¿dónde la mentira?, se pregunta este profesor, que también exige a los alumnos, "para evitar fraudes", que presenten una carta firmada y sellada por el párroco titular de los archivos parroquiales consultados.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_