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La cúpula de Fininvest, investigada por financiar a Craxi

Son cerca de una veintena, en su mayoría dirigentes de Fininvest, los investigados por el pago de 15.000 millones de liras (unos 1.200 millones de pesetas) realizado en 1991 por el grupo de Silvio Berlusconi al ex líder socialista Bettino Craxi, según los fiscales milaneses. El propio Berlusconi sostiene, por el contrario, que el pago fue para un productor de cine tunecino, Tarak Ben Arrimar, y lo justifica por la existencia de un contrato de venta de derechos televisivos. Esta explicación ha suscitado numerosas dudas en la prensa italiana y entre los políticos.Ben Animar ha confirmado la versión de Berlusconi. El productor de cine ha precisado que fue él quien ordenó a Fininvest realizar el abono de los 15.000 millones de liras en la cuenta Northern Holding, para que, según Ben Ammar, los cobrara un cliente suyo. Dicho cliente ha resultado ser Zuair al Jateeb, el mismo abogado palestino que, hace un par de años, fue citado por Mauro Gíallombardo, ex secretario de Craxi, como titular de otra cuenta exterior en la que se habían ingresado comisiones ilegales para los socialistas italianos. Interrogado entonces, Al Jateeb negó cualquier relación con el asunto.

Relación estable

Ben Ammar mantiene una relación de negocios estable con Berluscóni al que le facilitó el nuevo socio saudí para sus televisiones y también una relación de amistad con Craxi, refugiado en Tunez y que ya había utilizado la cuenta Northern Holding para otras operaciones de cobro de comisiones.Todas estas, circunstancias y precedentes explican el escepticismo suscitado por el líder de Forza Italia (FI), que, además, no ha explicado cómo 5.000 millones de liras de esa suma fueron devueltos más tarde al pagador, según los magistrados por indicación de Craxi. "No lo sé, pienso que por amistad", empezó a decir Berlusconi antes de que Fedele Confalonieri, presidente de Fininvest, le cortara con un seco "lo tendrá que explicar Ben Ammar. Nosotros no lo sabemos".

En el plano político, el escepticismo general suscita temores en las filas de Berlusconi. "Sin duda, ante el nombre de Craxi se sobresaltan hasta nuestros electores", ha dicho Gianni Pilo, el mago de los sondeos incorporado como diputado al equipo del líder de FI.

Este reitera que el liderazgo del centro-derecha es algo que depende exclusivamente de los votantes, pero su rincipal aliado, Gianfranco Fini, aun respaldándole formalmente, empieza a dar por terminada la experiencia del Polo de la Libertad y habla de una coalición más amplia, que incorpore a, todos los partidarios de reformar la República. en un sentido presidencialista, como el ex fiscal Antonio Di Pietro, el ex presidente de la República Francesco Cossiga o el consejero delegado de Fiat, Cesare Romiti. Ampliada la coalición, dice Fini, habrá que elegir el líder.

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