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TENIS: OPEN DE ESTADOS UNIDOS

Graf agota a Seles

La alemana iguala a Navratilova y Evert con 18 títulos en el Grand Slam

La final femenina fue un gran espectáculo. Hacía muchos años que un encuentro femenino no despertaba tanta expectación. Los 20.000 espectadores de la central de Flushing Meadows y los millones de telespectadores que presenciaron el encuentro no quedaron decepcionados. El regreso de Monica Seles, de 21 años, tuvo su culminación en el Open de Estados Unidos, a pesar de que la ex-yugoslava perdió frente a la alemana Steffi Graf, de 26 años, por 7-6 (8-6), 0-6, 6-3. Graf demostró que sigue siendo la número uno, ganó su cuarto open americano, e igualó la marca de Chris Evert y Martina Navratilova en el Grand Slam, con 18 títulos. La alemana se ha apuntado esta temporada tres de los cuatro títulos del Grand Slam. Sólo se le escapó Australia, donde triunfó Mary Pierce.Las incógnitas han quedado definitivamente desveladas. Tras dos años y cuatro meses de ausencia, Monica Seles ha regresado al circuito femenino en unas condiciones que la convierten en inasequible para la mayoría de jugadoras. Pero no para Graf. La final del Open de Estados Unidos aclaró que Seles posee el mismo instinto ganador, la misma o más potencia en todos sus golpes, que ha

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mejorado el servicio, pero que físicamente aún no está en su mejor momento.

Es la única laguna que le queda a su juego. En la pista no puede esconder que ha engordado más quilos que centrímetros ha crecido. En algunas posiciones aparecen incluso michelines en su estomago, pero ello no impide que gane partidos. Tal es su superioridad. Sin embargo presionada hasta los límites, llevada a una tercera manga y ante la mejor jugadora mundial, aún es vulnerable.

Seles acabó extenuada. Su rostro no podía esconder el cansancio que llevaba acumulado de las 11 victorias consecutivas que había conseguido desde que realizó su retorno oficial al circuito femenino a principios del pasado mes de agosto. Soportó estoicamente la pérdida del primer set de la final e incluso le endosó un contundente 6-0 a Steffl Graf en el segundo. Pero cuando el partido debía decidirse, estaba demasiado cansada para disponer de la lucidez mental necesaria.

Siguió luchando hasta la última bola. Nunca se rindió y en ningún momento dió el partido por perdido. Obligó a Steffl a demostrar hasta el último punto que era mejor que ella.

Por otra parte, la final femenina se convirtió en el revulsivo que necesitaba el circuito femenino. La ausencia de Seles había creado un vacío, gracias al que Graf, Arantxa y Conchita elevaron sus cotizaciones.

Graf no pudo esconder su satisfacción por la victoria en unos momentos diciles en los que ella y su padre están amenazados por el fisco alemán. "Es como un sueño", confesó. "He ganado muchas finales, pero ninguna fue tan emotiva como ésta".

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