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Damborenea pidió a González armas para el PSE tras el asesinato del senador Casas

El presidente del PSE, Txiki Benegas, y el vicesecretario general del PSOE de Álava, Javier Rojo, aseguran que el ex secretario general del PSOE de Vizcaya, Ricardo García Damborenea, pidió a Felipe González armas para que el partido pudiera defenderse de ETA. Sucedió en una reunión que González celebró en La Moncloa con la dirección del Partido Socialista de Euskadi en marzo de 1984, poco después de que los Comandos Autónomos Anticapitalistas mataran al senador Enrique Casas, secretario de los socialistas guipuzcoanos.

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El secretario de Relaciones Políticas del PSOE, Txiki Benegas, afirma: "García Damborenea jamás me habló del GAU. Al mismo tiempo, Javier Rojo asegura que "el partido en Euskadi siempre siguió la línea marcada por Txiki Benegas, siempre opuesta a la de Damborenea".Benegas fue preguntado ayer por la declaración, de Felipe González, quien aseguró que nunca habló de terrorismo con García Damborenea. "Está claro que lo que Felipe González está diciendo es que las pocas veces que habló en privado con Damborenea, alguna vez en mi presencia, jamás se habló de métodos ilegales o del GAL". Benegas sólo recuerda una ocasión en la que García Damborenea propuso al presidente el empleo de métodos excepcionales contra el terrorismo: fue durante la visita que la ejecutiva socialista de Euskadi hizo a La Moncloa en marzo de 1984 después del asesinato. del senador Casas.

Benegas y Rojo aseguran que García Damborenea pidió armas para el partido, durante una larga intervención, en la que recordó la situación de acoso que sufrían los socialistas vascos: cuatro militantes asesinados por ETA desde 1980 y numerosas casas del pueblo asaltadas o quemadas. "O nos das armas para defendernos o pasamos a la clandestinidad porque nos van a matar como a conejos", fue la conclusión de Damborenea.

Felipe González le respondió a Damborenea que le había escuchado y le había leído. Se refería a unas declaraciones del entonces líder socialista vizcaíno, realizadas en la prensa, en las que defendía la implantación del estado de excepción en el País Vasco. El presidente del Gobierno respondió que no compartía sus propuestas e hizo una defensa del acatamiento del Estado de derecho, según ambos testimonios.

García Damborenea replicó, a su vez, que "eso es muy fácil decirlo desde Madrid" y el dirigente socialista guipuzcoano José Antonio Maturana pidió la palabra para aclarar que la posición de Damborenea era personal y que no la asumía la dirección del partido en Euskadi. A esa reunión acudieron, además de los citados, Ramón Rubial, el líder ugetista Nicolás Redondo, Lalo López Albizu, José Luis Cámara, Francisco Berrocal, Alfonso Martínez y Ana Miranda.

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Tanto Benegas como Ramón Jáuregui, entonces delegado del Gobierno en el País Vasco, aseguran que los interlocutores del presidente del Gobierno en asuntos de terrorismo eran ellos y no García Damborenea. Benegas argumenta que Damborenea no gozaba de la confianza de González ni de la dirección del Partido Socialista de Euskadi para tratar estos asuntos. EL PAÍS intentó ayer contrastar esta versión con García Damborenea, sin lograr localizarle.

El enfrentamiento entre las dos líneas del socialismo vasco -por un lado, la representada por Benegas y Jáuregui y, por otro, la de García Damborenea- se había agravado desde que se produjeron sus primeras diferencias en el congreso de los socialistas vascos a fines de 1979. Al surgir los GAL, en 1983, las diferencias entre ambas líneas ya estaban marcadas, dice Benegas.

Mención al PP

En las últimas 48 horas, los socialistas se aprestan a buscar en su memoria argumentos para demostrar que mantenían abiertas diferencias respecto a García Damborenea en cómo entender la lucha contra ETA. El senador Javier Rojo asegura que, en una reunión del grupo parlamentario, García Damborenea "se propuso a sí mismo como ponente para defender la ley antiterrorista y después de escucharle nadie le votó. Finalmente fue Pablo Castellano el ponente de la ley".

Los socialistas también relacionan las declaraciones de García Damborenea con la estrategia del PP de desgaste al Gobierno, en virtud de que este político se involucró con los populares, al menos públicamente, en 1994. "Damborenea miente y Aznar lo sabe", dice Rojo. El ministro de Obras Públicas, José Borrell ve relación entre la actitud" de García Damborenea y sus "compromisos políticos".

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