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Reportaje:

Engañados por la mafia turca

39 personas esperan su expulsión de España en el aeropuerto de Barajas

Un grupo de 39 turcos que dicen proceder del Kurdistán -entre ellos, una mujer a punto de dar a luz, 19 niños y un hombre de 100 años- espera en el aeropuerto de Madrid-Barajas su expulsión de España, una vez que la Oficina de Asilo ha decidido no admitir a trámite su solicitud para permanecer en territorio español. Uno de los menores, de 10 años, fue ingresado con una gastroenteritis en el hospital Gregorio Marañón. A cargo de otros cuatro niños está el anciano centenario, según la intérprete que les atendió.Los 39 turcos llegaron el pasado día 4 a Madrid procedentes de Estambul, según Juan José Huarte, abogado de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Dicen que tuvieron que vender todos sus bienes para pagar los 700 marcos (unas 60.000 pesetas) que una mafia les pidió para conseguirles un visado de tránsito en Madrid y con destino a Casablanca (Marruecos).

Al aterrizar en Barajas, los turcos que les habían facilitado la documentación les recogieron los pasaportes y desaparecieron. La policía localizó a uno de éstos, Serdal Bermek, de 34 años, en el hotel Osuna, de Madrid. Tenía 25 pasaportes turcos y dos libaneses, así como 39 billetes de avión para Casablanca. Bermek "cantó de plano", según fuentes policiales, que agregan que no se le puede acusar más que de una infracción administrativa.

Mientras tanto, el grupo, perdido por la sala de tránsito, pasó el martes dando tumbos por el aeropuerto, hasta que al día siguiente se fijó en ellos la policía, que se extrañó de que estuvieran indocumentados.

Según fuentes de la CEAR, nadie quiso hacerse cargo de su alimentación hasta que intervino la delegada del Gobierno en Madrid, Pilar Lledó, quien ordenó que se les suministrara comida dos días después de su llegada. El menú, según una traductora, consistió en salchichas de cerdo y albóndigas para este grupo de musulmanes.

Fuentes policiales indicaron que, aunque sólo tres hablaban kurdo, 30 de ellos contaron la misma historia, calificada de "poco creíble". Uno confesó que una red mafiosa les engañó y les instruyó sobre lo que debían decir al llegar a Madrid. Todos aseguraron que proceden de Mardin, en el Kurdistán turco, una zona muy conflictiva desde que el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) declaró la guerra al Ejército turco, reclamando la autodeterminación de su pueblo.

Según la CEAR, las autoridades españolas temen que si se concede el estatuto de desplazados a este grupo se convierta en una, avanzadilla para que otros compatriotas vengan a España. Interior asegura que "ninguno de ellos cumple las condiciones" para ser acogido. Según la policía, varios de ellos han decidido seguir viaje a Marruecos, aunque la mayoría ha pedido el reexamen de su caso. Deberán esperar 48 horas en Barajas hasta saber en qué acaba su recurso.

Hace un mes, las autoridades españolas admitieron a trámite la solicitud de asilo de otros 15 kurdos llegados a España en similares circunstancias. En este caso se consideró que había motivos para acceder a su petición.

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