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Induráin, 'El Infalible', ganó tres segundos

Gotti cedió el liderato al danés Riis, su compañero de equipo, por decisión administrativa

Luis Gómez

Un exceso de rigor dejó al voluntarioso Gotti con dos maillots amarillos, uno lo guardará en casa y el otro se lo dará a un amigo del pueblo. El Tour vivió un cambio de liderato por decisión administrativa, el danés Riis por Gotti, compañeros de equipo por mas senas. Los comisarios vieron un pelotón fraccionado por fragmentos de un segundo que no había visto nadie y aplicaron el reglamento. La general sufrió algunos retoques, algo así como un ligero maquillaje, y qué casualidad que Induráin salió indemne de la maniobra: sin pretenderlo avanzó tres segundos sobre Berzin, Rominger y Zülle. ¿Se han dado cuenta que Induráin suele atravesar siempre la línea de meta entre los 15 primeros? No hay truco que valga: estamos ante un campeón que no deja pasar nunca un detalle. Es Induráin "El Infalible", como ya le ha bautizado el diario LEquipe.

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Induráin, "El Infalible", es quien verdaderamente controla la carrera. A falta de maniobrabilidad, lanzado como va el pelotón a una media superior a los 40 kilómetros por hora cada jornada, no hay posibilidad de enviar hombres a la aventura. En casi una semana de carrera, apenas una escapada ha vislumbrado la posibilidad del éxito. Ese pelotón que persigue a Induráin se lo come todo a su paso. Porque, naturalmente, el español ha decidido no dejar la cabeza.

El comportamiento del líder español supedita el de los demás. Tal es el caso del ruso Berzin, pegado al culo de Induráin en compañía de su escudero Bontempi. Tal es el caso de Rominger, atento en todo momento aunque sin obsesionarse.

"Nunca había visto un pelotón que se comportara de esta manera", confirma Herminio Díaz Zabala, el hombre designado por Manolo Sáiz para estudiar la situación desde dentro. Díaz Zabala es un observador riguroso, además de ser el único corredor de este Tour que utiliza a diario un casco dotado de un emisor-receptor. "Los favoritos nunca suelen ir delante todo el tiempo, pero Induráin les ha obligado a ello. Eso hace que arriba haya muchos nervios y que, entre lo que hace uno y lo que hace el otro, se vaya tan deprisa". Marino Alonso conicide con Díaz Zabala: "Suelo ir cerca de Induráin y veo cómo le sigue Berzin a todas partes. Rominger va algo más relajado; a veces se va para atrás y, como tiene experiencia, marcha hacia adelante cuando ve movimiento".Thomas Davy también vive el Tour en cabeza. Es el fiel guardián francés de Induráin: "Nunca le abandono y me gusta ir con él. Su mayor envergadura le permite ir en cabeza sin dificultad. Nos comunicamos por signos: si quiere que le adelante, me toca el culotte; si voy demasiado deprisa, me silba". Los denominados marcajes han sido objeto de comentarios. Al parecer, Berzin hacía lo propio con Rominger en el Giro, seguirle a todas partes. Induráin zanjó la cuestión con su particular forma de expresarse: "Mucho mejor así, que vayan todos detrás de mí. Tengo una preocupación menor. Sólo me queda mirar hacia adelante".Fiel a su costumbre, la jornada de ayer no escapó a esta rutina. Todo intento de escapada fracasaba y el gran grupo llegó al completo a la recta final. Como quiera que Cipollini volvió a quitarse de en medio en el sprint, buena parte del pelotón perdió su natural alineación. Pero Induráin estaba donde tenía que estar y la sorprendente decisión de los colegiados no le afectó. Berzin. Rominger y Zülle habían abandonado, confiados, su compañía. La imperceptible rotura del pelotón dio alimento al apetito reglamentista de los comisarios que observaron un primer grupo de siete corredores -los que realmente disputaron el sprint-, un segundo paquete de ocho -donde viajaba Induráin- y el pelotón real. Decidieron que, al haber un segundo de separación entre uno y otro, había que aplicar tiempos reales. Y aplicaron sentencia, favorable a Induráin en tres segundos frente a sus rivales. Un pequeño pero gran detalle de su infalibilidad.

Álvaro Pino, el pronosticador

Álvaro Pino, director del modesto Kelme, ha tenido que dar por perdida la primera semana. Su doble objetivo no tiene tapujos: primero, sobrevivir; luego, buscar un triunfo de etapa a la contra, aprovechando las hojas del calendario que los líderes dejen libre. De momento no ha podido mover un dedo (salvo una escapada corta de Cabello) porque esperaba que el pelotón rodase más tranquilo el día siguiente de la contrarreloj por equipos. "Les dije a mis hombres que fueran tranquilos para intentar algo al día siguiente aprovechando que los grandes equipos acusarían el esfuerzo. Pero no ha habido suerte".Pino está por encima del bien y del mal en este Tour, y así aparece relajado en cada salida de etapa. Pero destaca por su faceta de pronosticador porque es el único director deportivo que ha lanzado un pronóstico rotundo: "Lo vengo diciendo desde hace días, éste va a ser un Tour fácil para Induráin". En cuanto se inicia el interrogatorio, Pino suelta su argumento: "El domingo se acaba la emoción porque Induráin le va a meter dos minutos a Rominger, tres a Berzin y por lo menos cuatro a Zülle". ¿Tres minutos a Berzin en la contrarreloj no le parecen muchos?, le preguntan. "Puede ser, pero es que Berzin no va a aguantar la montaña del Tour. Estamos empeñados en comparar al Berzin del Giro con el Induráin del Giro pasado y no tiene nada que ver. Yo digo lo que observo, y a mí me parece que el único corredor que está aquí ahora mismo al cien por cien es Induráin".

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