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Guerra verbal de Mubarak contra Sudán

La escalada verbal entre Egipto y Sudán al día siguiente de un enfrentamiento fronterizo con bajas abrió ayer inquietantes interrogantes sobre los propósitos de El Cairo, donde el presidente Hosni Mubarak acusó formalmente por primera vez al régimen islamista de Jartum de complicidad en el atentado del lunes contra su vida en la capital de Etiopía. El peligro de un enfrentamiento directo adquirió matices alarmantes después de que fuerzas egipcias expulsaran a más de 70 policías sudaneses de la disputada zona fronteriza de Halaib como represalia a la expulsión de diplomáticos y ciudadanos egipcios de Jartum el pasado miércoles. El Gobierno sudanés llegó a hablar de movimientos de tropas egipcias.Mubarak volcó ayer la más vitriólica retórica oída hasta la fecha contra los líderes del Sudán durante una cita con artistas y actores que acudieron al palacio presidencial para felicitarle por haber escapado ileso del atentado de Addis Abeba. El presidente egipcio identificó públicamente al cautivo cabecilla de la conjura como Mohamed Sarraj y afirmó que es sudanés. Luego acusó al Gobierno de presidente Omar al Bachir se ser un mero "secretario" del líder espiritual islámico Hassan al Turabi, a quien El Cairo ha acusado sistemáticamente de fomentar la subversión integrista en Egipto que en tres años ha causado casi 800 muertos.

"No quiero causar daño al pueblo sudanés, pero si sus líderes continúan manteniendo su postura contra Egipto adoptan los pasos necesarios", advirtió Mubaraki "Que no quede la menor duda. La paciencia de Egipto tiene sus límites", amenazó arrancando aplausos que acentuaron la súbita ola de nacionalismo egipcio que está ayudando a su Gobierno a eclipsar el descontento popular con su política interna.

Mubarak viajó el lunes a la capital etíope dejando atrás numerosas críticas contra el favoritismo político y la corrupción en Egipto. Desde su vuelta, ese mismo lunes, no ha hecho más que aparecer en televisión narrando una y otra vez los detalles del atentado ante las más variadas audiencias que aprueban a rabiar las definiciones oficiales de sus atacantes como "chiflados", "mercenarios" y "locos" al servicio de Turabi.

Movimientos de tropas

En Jartum, un portavoz militar ridiculizó las denuncias egipcias y advirtió que las fuerzas sudanesas "defenderán a muerte " sus posiciones en Halaib. "Sus trincheras serán sus tumbas", declaró el brigadier Mohamed Bechir Suleimán. Luego, la agencia sudanesa de noticias Suna habló de movimientos inusuales de tropas en esa zona fronteriza, pero no hubo modo de confirmar tal información.Analistas árabes y occidentales en El Cairo aseguran que la guerra verbal entre Egipto y los sudaneses no llegará a mayores, pero aconsejan no descartar totalmente el riesgo de un conflicto en el desierto de Haláib, ya que una operación militar egipcia, por limitada que fuera, actuaría en favor del Gobierno de Mubarak y ayudaría a fortalecer la presión norteamericana contra el régimen proislámico de Jartum.

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