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El ministro de Justicia italiano desafía al Gobierno al negarse a dimitir

Filipo Mancuso, ministro italiano de Justicia, desafía al presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, al que retrata como un "Catón penoso". Desafía también al primer ministro, Lamberto Dini, que le ha desautorizado. Y se niega a dimitir, revelando la impotencia de la izquierda, que sostiene al Gobierno y ha pedido la cabeza de Mancuso porque hostiga a los magistrados. Por segunda vez, la izquierda no encuentra el modo de cerrar una crisis que condiciona el calendario electoral.Ello provoca regocijo en la derecha, sobre todo en Alianza Nacional y Forza Italia, que se ha lanzado a la defensa de Mancuso, un magistrado que peina ya muchas canas, próximo, al parecer, al ex primer ministro Giulio Andreotti, y con una vida profesional caracterizada por ese hipergarantismo formalista, que conduce a anular procesos por una coma fuera de lugar.

Motivo de satisfacción para Silvio Berlusconi y los suyos es que Massimo D'Alema, secretario del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), aparezca incapaz de lograr la dimisión de Mancuso y como arrastrado a esta pelea por todos sus aliados menores, desde los ex democristianos hasta Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte, que quieren aplazar las elecciones.

La incapacidad de D'Alema está directamente relacionada con la cita electoral. Salvo en el supuesto de dimisión voluntaria, las leyes italianas no prevén que caiga un ministro si no cae todo el Gobierno. Pero una caída del Gobierno de Dini podría traducirse tanto, en la convocatoria inmediata de elecciones, en agosto o septiembre, como en un reforzamiento del Ejecutivo reestructurado susceptible de aplazar definitivamente las elecciones. D'Alema está decidido a que se vote en octubre.

Mancuso, que lo sabe, aprovecha la circunstancia para subir el tono de sus polémicas. La izquierda anunció ayer que presentará una moción de censura individual contra el ministro en el Parlamento. Pero parece incierto que, aunque fuera aprobada, esta medida pueda forzar la dimisión de Mancuso.

Filipo Mancuso ya fue protagonista de otro episodio similar, hace semanas, y lo superó sin dejar el Gabinete. Incluido en este por indicación de Scalfaro, el ministro es controvertido porque ha reabierto las investigaciones sobre los fiscales de Milán que el Gobierno de Berlusconi ordenó en su día y archivó sin resultados. El incidente actual arranca de una declaración de Scalfaro, que se dijo "perplejo" porque unos magistrados modelo para la opinión pública se vean ahora acosados.

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