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LA CRISIS DE LAS ESCUCHAS

El PP propone un control parlamentario especial "que permita funcionar al Cesid"

El Grupo Popular ya propuso en abril pasado una fórmula de control parlamentario especial sobre el Cesid. Según el diputado del PP Rodolfo Martín Villa, es necesario un procedimiento "que permita funcionar al Cesid; si no, es mejor que no exista" el servicio secreto militar. La propuesta consiste en que las Cámaras deleguen sus funciones de control en una comisión o consejo integrado por antiguos altos cargos, siempre de designación parlamentaria, que pueden ir desde ex presidentes del Gobierno a ex miembros del Tribunal Constitucional

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Esta comisión de notables aprobaría las líneas maestras de actuación del centro. Ante la misma deberían comparecer también los responsables de la información de la defensa, sea el presidente del Gobierno o el director del Cesid, pasando por los escalones intermedios."No pedimos que el control sea el mismo que para el resto de la Administración pública, sería tanto como decir que es mejor que no haya Cesid", subraya Martín Villa. "Pero que tampoco se interprete que como no puede haber un control ordinario no puede haber ningun control".

El ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro del Interior con Adolfo Suárez consiguió el año pasado aplicar con éxito la misma lógica a los fondos reservados. Entre ambos asuntos ve cierto paralelismo. No se puede utilizar la imposibilidad de un control parlamentario público para justificar el descontrol.

El procedimiento pactado fue que los ministros con fondos reservados (Justicia e Interior, Defensa y Asuntos Exteriores) comparecen dos veces al año en la comisión de Secretos Oficiales para dar cuenta de su empleo.

La propuesta de "comisión de notables" fue planteada en una comparecencia del ministro de Defensa, Julián García Vargas, tras conocerse que el Cesid había grabado una conversación entre el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y el vicepresidente, el general Manuel Gutiérrez Mellado, relativa a la lucha contra ETA.

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El Grupo Popular y ex responsables de UCD entendieron que la revelación formaba parte de una maniobra para retrotraer a los Gobiernos centristas el origen de la guerra sucia contra el terrorismo. Por este motivo cree Martín Villa que fue designado por su grupo para intervenir y formular una propuesta que fue "bien acogida por los restantes grupos y el ministro de Defensa", pero que luego no ha avanzado en ningún sentido.

Sobre el caso concreto de las escuchas, Martín Villa adopta su punto de vista tradicional cuando le han estallado al Gobierno escándalos relacionados con "asuntos de Estado", sean el uso fraudulento de los fondos reservados o la guerra sucia contra ETA, manejar "la hipótesis más favorable para el Ejecutivo".

Pero aún así, argumenta, "cuando determinados servicios se le escapan de la mano al Gobierno de forma tan grave, profunda, continuada y contundente, hay al menos responsabilidades políticas en el seno de ese Gobierno".

Reconocido de forma general como uno de los hombres "con sentido y experiencia de Estado" en el PP, el ex vicepresidente del Gobierno no acepta la argumentación del Ejecutivo, según la cual están en el mismo plano las escuchas ilegales, la sustracción de documentos del Cesid y su publicación.

"Las escuchas y actividades que hemos conocido no tienen nada que ver Con la defensa nacional", señala. "Tienen que ver con la intimidad de personas cuyas actuaciones no parece que apunten a la seguridad y la defensa nacional. La cuestión no está en que los servicios de información de la defensa no puedan actuar, no está en que no deban tener la holgura suficiente, la cuestión está en que las escuchas no tienen relación con la defensa".

Principal y secundario

Por lo tanto, subraya Martín Villa, "hay una cosa evidente, actuaciones delictivas de los servicios del Cesid, delictivas tanto por los medios como por los fines. Ese es el hecho contundente. Que luego tenga trascendencia, como la tiene, que un determinado servidor público, militar, haya sustraido, a lo que parece, documentación o cintas y que hayan sido publicados es importante, pero menor frente a lo primero. En eso primero hay responsabilidades políticas y penales gravísimas".

¿Cree en la posibilidad de un manejo del escándalo para desestabilizar al Gobierno o al Estado? "No me consta", responde. "No digo que no exista, pero no podemos transformar el hecho secundario en el hecho principal o el hecho no comprobado en el hecho indubitado, que son las escuchas, el empleo de medios ilícitos al servicio de objetivos ilícitos. Esa es la contundencia de los hechos, lo otro son suposiciones".

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