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'Expediente X' se convierte en la única serie americana que arrasa en Europa

Más de seis millones de conversos al factor X siguen los lunes en Tele 5 el intrigante combinado de ciencia-ficción, paranoia antigubernamental e intencionado humor que, con el título de Expediente X, se ha convertido en todo el mundo, y muy especialmente en Europa, en un fulminante éxito. Motivados por el éxito de la producción doméstica, las cadenas europeas habían puesto en cuarentena a las series norteamericanas. Hasta que los dos agentes del FBI se hicieron con el prime time. En la BBC 2 ha sido el programa con más audiencia, pero igual funciona en Dinamarca o en Singapur, entre los más de 60 países en los que se emite.

Tele 5 notará su paréntesis veraniego, porque gracias a esta serie la cadena consigue cada lunes los primeros puestos del listado de audiencia. Y sin embargo no parece cuidar su mejor oferta. La emisión de dos capítulos seguidos y este mes mezclando el estreno con la reposición se efectúa sin aviso, de manera que encabalga la última imagen del primer episodio con la primera del segundo. Con un agravante: Expediente X tiene fama bien ganada de dejar sus mejores casos abiertos, sin ese final habitual que trae tan de cabeza a la cadena Fox, empeñada inútilmente en que el creador de la serie, Chris Carter -"es difícil ponerle las esposas a un alienígena cada semana"- los abroche. Y precisamente por esta cualidad, cuando se entra abruptamente en el episodio segundo, se duda: ¿ha terminado o es un final con estrambote? Mirar el reloj aclara la situación. Pero no son maneras. Por lo demás, la serie mantiene el tipo. Llega este mes a su momento final, pero la interrupción en Tele 5 es temporal.La ciencia no lo explica todo y el Gobierno tampoco. Éstas son las dos premisas del invento de Chris Carter, un anónimo productor de telecomedias que en tiempos escribió para una revista de surfing. El agente Fox Mulder (David Duchovny) es conocido por sus colegas del FBI como spooky, tanto por su habilidad innegable para procesar información como por su interés en los fenómenos paranormales. Sus jefes del FBI miran con malos ojos esta afición y le ponen una carabina, Dana Scully (Gillian Anderson), otra agente cuya razón es la razón científica: "la verdad está ahí fuera, pero tienes que saber dónde buscar".

Hemos visto todo tipo de extrañas criaturas y extraños fenómenos. Pero nos hemos quedado sin saber quiénes eran Garganta Profunda (Jerry Harding) y el Señor X (Steven Williams), los misteriosos informadores de Mulder. Las especulaciones al caso [a este y a otros] son un verdadero fenómeno que está llenando la red Internet de mensajes, charlas y homenajes.

Básicamente son variaciones sobre la vieja teoría de la conspiración. "El auténtico primer expediente X lo inició J. Edgar Hoover en 1946", le dice Mulder a Scully. Las alusiones a la política americana son constantes, desde la correción política a la corrupción de las instituciones y el Gobierno. La notable paranoia antigubernamental de Expediente X sólo tiene parangón con su clima de guerra fría interna (el FBI, la CIA, el Gobierno, el Pentágono, cada uno lucha por cuenta propia).

Verdad o mentira

Y no hay palabras que se repitan más que verdad o mentira. "La verdad está ahí, pero también las mentiras", dice Scully. Y Mulder: "Me pregunto qué mentira creer". O Garganta Profunda: "la mentira resulta más convincente si se esconde entre dos verdades".Detrás de los casos, casi siempre hay un experimento gubernamental secreto. La violencia, si la hay, es mental, porque Scully ha disparado en dos años tres veces, y una contra un ventilador; y Mulder, cinco, y sólo contra lobos y alguna extraña criatura (entre los premios de la serie está el de Medio Ambiente y Medios de Comunicación). Los guionistas juegan de forma especial con los espectadores, que se estudian la serie, viendo símbolos y mensajes cifrados en cada gesto y objeto. Esa hora, por ejemplo, las 11.21, que, aparece tan a menudo en los relojes digitales: ¡cuánto habrá hecho especular! Y no es más que un homenaje de Chris Carter a su mujer, que nació un 21 de noviembre.

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