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28 MAYO

Aznar busca en Barcelona apoyo para forzar a Pujol a romper con González

, José María Aznar explicó ayer en Barcelona los tres pilares con los que piensa asentar el PP en Cataluña e interpretar cuando gobierne a esta comunidad, donde sus expectativas electorales son más inciertas: catalanidad y catalanismo, centrismo político y compromiso con el proyecto español. Ante 9.000 personas que llenaban el Palau Blaugrana, construyó el discurso más sólido de su campaña y, por primera vez, pareció seguir un guión escrito. Aznar acaricia la idea de negociar el apoyo a Miquel Roca (CiU) para la alcaldía de Barcelona a cambio de que Jordi Pujol deje de apoyar a Felipe González, es decir, de la fecha de unas elecciones generales anticipadas.

El reto para Aznar y su candidato a la alcaldía de Barcelona, Enrique Lacalle, no es sustituir al socialista Pasquall Maragall, sino conseguir la fuerza suficiente para actuar de árbitro entre éste y Miquel Roca.El líder del PP se empleó a fondo en un discurso casi únicamente dedicado a disputar a CiU, la coalición de Pujol, sectores fronterizos del electorado. Y se vio respaldado por un público especialmente entusiasta.

Aunque el duelo en la cumbre entre Roca y Maragall amenaza con dejar en segundo plano a Lacalle, éste y el PP, que ahora cuentan con sólo cuatro concejales, pelean por hacerse con. un grupo municipal suficiente para condicionar la elección de Roca.

Aznar parecía consciente de la dificultad de hacer calar su mensaje político, cuando su partido ha rozado la ruptura de consensos muy amplios en Cataluña, como el de la normalización lingüística. Por eso liquidó la parte festiva de su intervención en dos minutos, sumergido en las ovaciones y las aclamaciones de "¡presidente!", "¡presidente!" y los "oé, oé, oé", y fue al grano, a por los votantes de CiU "que no quieren que siga el Gobierno socialista".

Las dos ideas centrales fueron "la crítica a la política de CiU y su apoyo al Gobierno de González y la afirmación de un catalanismo compatible "con la historia común de España". En el primer apartado lanzó una pregunta a los graderíos abarrotados: ¿Por qué no se presentan ante las urnas en coalición el PSOE y CiU, si están haciendo lo mismo y son ambos responsables de la situación de deterioro político? En la afirmación de un catalanismo "compatible con el proyecto nacional de España", Aznar elogió al presidente de la Generalitat restablecida, Josep Tarradellas, y manejó citas del filósofo José Ferrater Mora y de Francesc Cambó, padre intelectual del catalanismo político. Al primero, para dar pie a una afirmación propia: "Cataluña no es una invención, tiene detrás siglos de historia. Pero nada hay más anticatalán que intentar apartarse de la historia común de España". Arrancó una de las ovaciones más intensas de la noche.

"Tirar del carro en Madrid"

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De Cambó tomó prestada la afirmación de la compatibilidad entre la personalidad catalana y "el ideal de una gran España" y la crítica a la ambigüedad al afrontar el problema, acusacion permanentemente implícita en dirección hacia CiU y Pujol. Frente a la ambigüedad, Aznar opuso "la Cataluña solidaria"."Soy de los que creen que a Madrid no se puede ir sólo a cobrar" proclamó, "hay que ir a tirar del carro".

Frente a los argumentos económicos de CiU para apoyar al Gobierno, sostuvo que la continuidad de González crea incertidumbre y retrasa la recuperación.

La catarata de mensajes a los. sectores potencialmente críticos del electorado de CIU oscurecieron todos los demás asuntos habituales en los mítines del líder del PP en esta campaña. Aznar hizo una alusión casi de pasada a su decisión de no contestar a los socialistas, "maestros de los dossieres y del juego sucio". Y por primera vez dio al público una impresión personal de cómo se siente en los días previos al 28 de mayo, la fecha de apertura de las urnas: sustentado por "una mayoría social que va a llevar en volandas al próximo Gobiemo de España", mayoría a. la que invitó a sumarse a los votantes de Cataluña. Para cerrar el mitin con una expresión plástica, ondeó una bandera con dos colores pero en diferente situación, que pidió prestada a alguien del público. Por una cara la senyera y por la otra la española. Poco antes del mitin, Aznar había tomado en el hotel Reina Sofía un café con los informadores que siguen su recorrido electoral. Antes había aparecido un espontáneo, el editor José Manuel Lara, con el empeño de entregarle el último libro del articulista Federico Jiménez Losantos, Lo que queda de España, aún no disponible en las librerías.

Aznar suele emplear símiles taurinos o deportivos, según el tipo de recinto que le acoge. En las plazas de toros pide que le dejen rematar la faena y advierte que este año toca renunciar a los tercios de picadores y banderillas. En los polideportivos apela a su condición de deportista peleón "hasta el último minuto, hasta la última pelota".

Ayer deleitó a sus fieles de Cataluña exponiendo una inédita habilidad en el deporte que suele acoger el Palau Blaugrana. Resulta que fue a Badalona a visitar las nuevas instalaciones olímpicas. A todos los invitados se les proveía de un balón y se les colocaba en la línea de 6,25, la de los tiros de tres puntos. "No quiero dejar en vergüenza a nadie, pero habían pasado muchos antes que yo y el balón nunca entró en la cesta. Yo lancé y adentro". Como prueba para incrédulos, prometió demostrarlo con un vídeo.

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