_
_
_
_
_

El juicio por el 'plutoniogate' amenaza con estallar sobre el espionaje alemán

JOSÉ COMAS El proceso que se inicia hoy en la audiencia provincial de Múnich contra dos españoles y un colombiano, por presunto contrabando de plutonio, amenaza, a poco que colaboren los defensores de oficio y un juez independiente, con convertirse en un elemento más de denuncia contra la policía y el servicio de espionaje alemán (BND). Al mismo, tiempo, se plantea el interrogante sobre el papel que representaron, en lo queen Alemania ya se conoce como plutoniogate, no sólo los acusados de Múnich, sino también varias figuras del submundo de confidentes y servicios secretos y el propio Cesid español.

Los abogados defensores de oficio incumplirían con su deber si no piden la presencia y declaración como testigos de los confidentes y colaboradores que actuaron como cebo en la compra de plutonio. Según los indicios que han salido a la luz hasta ahora, el BND alemán y la policía criminal de Baviera, con el beneplácito del ministerio fiscal de Múnich, han jugado de forma irresponsable con la seguridad de los pasajeros de un avión de Lufthansa al escenificar una llamada operación Hades. Diversas investigaciones periodísticas han sacado a relucir que la operación Hades ha sido un montaje de los servicios secretos alemanes, sin que hasta ahora se conozca el papel representado por el Cesid (Centro Superior de Información para la Defensa) en todo el caso, si el de ignorancia o el de complicidad.El pasado 10 de agosto, el colombiano Justiniano Torres detenido en el aeropuerto de Múnich junto con el navarro Julio Oroz, transportó en el equipaje en un avión de Lufthansa, desde Moscú a la capital de Baviera, 363 gramos de plutonio útil para construir una bomba nuclear. El mismo 10 de agosto, la policía de Baviera detuvo en un hotel de Múnich a otro español, el vasco Javier Bengoechea, también acusado de contrabando de plutonio, pero dejó escapar a otros españoles implicados. Esto parece abonar la hipótesis de que se trataba de cebos o confidentes, utilizados por el BND y / o la policía alemana en la operación mediante la promesa de pago de recompensas.

Un viceministro ruso

En un más dificil todavía, el semanario Stern aparecerá mañana con una información en la que se pregunta si el viceministro ruso de Asuntos Atómicos Víktor Sidorenko no estará también implicado como contrabandista en operación que hubiese sido recompensada con 350 millones de marcos (unos 31.000 millones de pesetas). Sidorenko viajó a Múnich en el mismo vuelo que Torres. Stern atribuye a investigadores policiales de Baviera la sospecha de que el político. ruso podría ser la persona encargada de sacar el dinero de Alemania sin dificultades gracias a su pasaporte diplomático. Así parece desprenderse de una de las conversaciones pinchadas entre los presuntos contrabandistas. Torres dice: "Conmigo viajará un hombre. Él recibe ahí el dinero y volará de vuelta".

El objetivo de la operación Hades trataba de demostrar la posibilidad de comprar material nuclear vagabundeante por Rusia o alguna de las antiguas repúblicas de la desaparecida Unión Soviética mediante lo que el ministro de Estado, coordinador de los diferentes servicios secretos alemanes, el democristiano Bernd Schmidbauer, calificó como una brillante "operación preventiva". El BND, uno de los tres servicios secretos alemanes, encargado del espionaje en el exterior, emplea a unas 7.000 personas y consume al año 1.000 millones de marcos (90.000 millones de pesetas) de presupuesto. Al esfumarse la confrontación Este-Oeste, el BND se ha quedado sin hipótesis de conflicto. Nada tiene de extraño que, azuzados por la necesidad de legitimar su existencia, agentes con un celo excesivo hayan puesto manos a la obra de demostrar de forma palpable el papel que puede representar el BND en la lucha contra el contrabando nuclear.

Espías en Madrid

J. C., Todo el plutoniogate se desarrolla en medio de personajes tenebrosos a caballo entre el hampa y el todo por la patria. La operación se inició en Madrid y después los actores se trasladaron a Múnich, porque allí los quería el servicio de espionaje alemán (BND) para controlar mejor todo. Tras su llegada a la capital de Baviera todas las negociaciones fueron grabadas por la policía y los servicios. La pregunta obligada que interesa en España es si durante varias semanas esta operación se realizó en Madrid sin que el Cesid se enterase o participase de alguna forma en el montaje. En cualquiera de las hipótesis no saldrían bien librados los servicios españoles. Si el Cesid no se enteró, parece lamentable que se pueda llevar adelante en su propia casa una operación semejante sin advertir lo que realizaban el BND y varios soplones españoles. No sería muy correcto que el BND, un servicio amigo del Cesid, hubiese preparado todo este montaje en Madrid sin avisar al servicio español. Si el Cesid estaba en el ajo, tampoco resulta aceptable que un servicio español haya entregado como carne de cañón a unos ciudadanos a los que ahora amenaza una posible condena de hasta 10 años en cárceles alemanas.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_