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100 supervivientes españoles conmemoran la liberación de Mauthausen

El campo de concentración de Mauthausen es un monstruo de piedra que estremece. Ayer, el eco del himno republicano español llegó a las 30.000 personas entre ellas una delegación de 100 españoles con sus familias que conmemoraron medio siglo de su liberación por las tropas norteamericanas. Al grito de ¡viva la República!" algunos ancianos que regresaban por primera vez después de 50 años al lugar donde perdieron la libertad casi la vida, no pudieron contener las lágrimas.Ex prisioneros y veteranos de 21 naciones, la mayoría de ellos octogenarios y, al límite de sus fuerzas bajo un calor insoportable, subieran una vez más por la escalera de la muerte, un producto de la sádica arquitectura nazi, esta vez acompañados de sus hijos y nietos, que los ayudaban a no tropezar. "Los años han pasado", dijo uno de ellos, que se detuvo un momento a descansar, "pero la memoria queda".

-Los 186 peldaños fueron construidos en régimen de trabajos forzosos por los españoles, uno de los primeros grupos nacionales deportados a este campo. 7.000 republicanos fueron asesinados en Mauthausen y 3000 de ellos perecieron de agotamiento y por ser empujados al vacío por guardias de las SS durante la construcción. Los verdugos llamaban a este lugar, sobre la cantera de piedra de granito, el muro de los paracaidistas.

En Mauthausen ayer cada grupo nacional tuvo primero su conmemoración independiente frente a los monumentos erigidos por sus países en la posguerra. Al mediodía se unieron miles de personas que hablaban en distintas lenguas en la plaza del sarcófago para participar en el acto central presidido por el primer ministro austriaco, Franz Vranitzky, y el superviviente y cazador de nazis, Simon Wiesenthal, liberado en este campo . .

Ninguna bandera de España, muchas rojas, amarillas y moradas de la República y otras de Cataluña. El diputado del Parlamento Europeo Joan Vallvé leyó un mensaje del presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y. los supervivientes no ocultaron su decepción de que no apareciera en el acto ningún delegado del Gobierno central.

Juan de Diego, de 80 años, dijo que España esta escondiendo la historia de los republicano y la historia es como un bosque donde los árboles no tienen raíces y se mueren". "No nos olvidemos", advierte, "de que hoy hay muchos deportados que se mueren de hambre".

"¡Cura! ¡cura!", lo llaman entre gritos y risas sus ex compañeros. Adquirió el sobrenombre por ser el encargado de llevar las actas de defunción en el campo y, cada vez que morían los republicanos, él acompañaba el carro con cadaveres desnudos hasta el crematorio con su listado de muertos bajó el brazo.. "Yo no soy católico", dice, "pero ése era mi último acto de solidaridad".

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Los republicanos se convirtieron. en la memoria, española de Mauthausen, y mucho s recuerdan a Rafael Ruiz, que trabajaba en el laboratorio de fotografía de las SS. Ruiz escondía los negativos de los horrores que los nazis documentaban con una Leika. Logró sacarlos del campo con una precaria red de resistencia, en la que también colaboraron los 54 niños españoles que vivían en el infierno y cuya única diversión semanal era mirar a los SS cuando jugaban al fútbol los domingos mientras les lustraban las botas de cuero negras.

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