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CRISIS MONETARIA INTERNACIONAL

Greenspan se muestra preocupado por el dólar, pero no habla de medidas

Antonio Caño

El presidente de la Reserva Federal (banco central) de Estados Unidos, Alan Greenspan, envió ayer una fuerte señal de preocupación por la caída del dólar y sus posibles repercusiones inflacionarias en este país, aunque no mencionó la posibilidad de una nueva subida los tipos de interés en el futuro inmediato ni los expertos pronostican que eso pueda ocurrir.

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Alan Greenspan, a cuyas declaraciones del lúes pasado se atribuye buena parte de responsabilidad en el desplome de la moneda norteamericana frente al marco y al yen, estuvo ayer mucho más contundente en su interviención ante el Congreso: "La debilidad del dólar frente a otras monedas es indeseable y problemática porque añade potenciales presiones inflacionarias sobre nuestra economía. Como he dicho numerosas veces en el pasado, es importante que contengamos esas presiones".Greenspan añadió que la debilidad del dólar puede perjudicar también "a la salud a largo plazo de la economía norteamericana: con inadecuados ahorros nacionales, continuación de grandes déficit presupuestarios y persistente desbalance de la cuenta corriente".

Impacto inmediato

Las palabras del presidente de la Reserva Federal, que tuvieron un impacto inmediato para contener temporalmente la caída del dólar, tratan de desmentir a quienes creían que Estados Unidos dejaba devaluar su moneda para reducir su déficit comercial.

Al mismo tiempo, intentan devolver la confianza a los mercados internacionales en que el banco central norteamericano sigue alerta contra cualquier amenaza inflacionaria. Un dólar más débil hace más asequibles las exportaciones norteamericanas en el exterior y, por tanto, sirve para reducir el déficit. Pero un dólar débil obliga también a aumentar los precios de los productos de importación en Estados Unidos y, en ese sentido, contribuye a la inflación.

El mensaje de Greenspan fue recibido por los expertos como un signo de que los pronósticos que se habían hecho de reducción de los tipos de interés hechos tras su última intervención no se han visto confirmados. Pero tampoco hay signos de subidas. "No creemos que la Reserva Federal suba los tipos de interés en su reunión del próximo 28 de marzo", opinó un analista de Merrill Lynch.

La Administración norteamericana se opone a la subida de tipos porque considera que esa medida podría conducir a una recesión el año próximo. En su intervención del mes pasado ante el Congreso, Greenspan coincidió con el Gobierno en que la economía estadounidense presenta signos de crecimiento sostenible y no serían necesarias nuevas intervenciones de las autoridades monetarias.

Alan Greenspan abrió un punto de fricción con la Administración al sugerir que, en la lucha por un dólar fuerte, es necesaria una mayor reducción del déficit público. "Un programa creíble de restricción fiscal encontrará una recepción favorable en los mercados", afirmó el presidente de la Reserva Federal. El presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, declaró ayer que la derrota la semana pasada en el Senado de la enmienda constitucional para equilibrar el presupuesto había sido una de las principales causas de la caída del dólar. El presidente Bill Clinton, aunque se opone a esa enmienda, ha llamado a los republicanos a colaborar en mayores. reducciones del déficit presupuestario.

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