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El 80% de las mujeres jóvenes que viven en el campo no quieren abandonarlo

La Reina inaugura las jornadas sobre mujeres rurales

Los cientos de miles de mujeres españolas que se levantan con el sol, ordeñan dos veces al día, cavan la huerta, recogen las patatas y las judías, sacan la hierba del pajar para dar de comer a las vacas, preparan el cocido, friegan los platos y atienden a sus hijos fueron recordadas ayer por la Reina, la ministra de Asuntos Sociales y el ministro de Agricultura, que dio el dato de que "el 80% de las mujeres españolas de menos de 35 anos que viven en el campo quieren permanecer en su pueblo".

Fue en pleno centro de Madrid, durante la apertura de las jornadas sobre Las mujeres, protagonistas en el desarrollo rural, organizadas por el Instituto de la Mujer. Cientos de mujeres rurales y urbanas llenaban el palacio. "Es un trabajo muy duro el nuestro. De sol a sol, sin fines de semana ni vacaciones. Y muy mal retribuido. Tenemos que trabajar marido y mujer para sacar un sueldo normal", lo contaban, en grupo, Isabel, Ángela y Aurora, de edades en torno a los 50, miembros de la Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias, que llegaron a Madrid desde Villaviciosa (Asturias), donde viven de la leche.Ministros y Reina intentaron levantar la moral de estas mujeres, ya que uno de los documentos de las jornadas destaca como uno de sus principales problemas la baja autoestima que se tienen. El ministro de Agricultura, Luis Atienza, dio cifras: "El 7% de las mujeres que trabajan en la UE, lo hacen en agricultura" (en España es el 8%; pero Galicia sube al 35%). E hizo una afirmación de principios: "Las mujeres tienen un papel de primera magnitud en la modernización y mantenimiento de la vida rural".

"Si las mujeres jóvenes se quedan en el campo es porque no han tenido oportunidad de conocer otra cosa, porque no hay facilidades. ¿Qué van a hacer?, ¿venir a la ciudad para servir?", comentaban, tras intervenir las autoridades, las mujeres de Villaviciosa.

La ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, insistió en la importancia de la mujer de campo: "La mujer rural es en todo el mundo una fuerza vital para el desarrollo". "Hay que fomentar su autonomía y ampliar sus opciones". Sobre las jornadas, cuyo eje central es la Carta para la igualdad de oportunidades, un texto de propósitos y buenas intenciones redactado por Asuntos Sociales en colaboración con las comunidades autónomas y la Comisión Europea, señaló: "Se trata de ofrecer las bases para que os convirtáis en las promotoras del desarrollo rural". "Hay que modificar las estructuras de poder y decisión, en las que las mujeres rurales tenéis muy poca presencia".

En lo que no se pusieron de acuerdo las de Villaviciosa fue en si los poderes públicos ayudan o no. Para Aurora, "a la hora de arreglar los papeles, todo son cortapisas para los pequeños agricultores". Para Rosa no es así: "A mí, por dejar de entregar leche y pasarme a las vacas de carne, me dan 29.000 pesetas al mes".

Al clausurar la apertura de las jornadas, doña Sofía dijo: "Quiero enviar mi recuerdo más entrañable a los miles de mujeres rurales que, en la soledad de su esforzado e invisible trabajo, aportan sensibilidad y ternura a su quehacer diario".

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