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Familiares de presos de ETA admiten que los malos tratos se han reducido drásticamente en 1994

Los malos tratos a los reclusos de ETA, tanto durante los traslados de una prisión a otra como en su interior, se han reducido de forma notable en 1994, según acepta Senideak (asociación de familiares de presos de ETA). Ésta ha denunciado seis casos de presuntas agresiones de guardias civiles y cinco atribuidas a funcionarios de prisiones. Instituciones Penitenciarias no ha facilitado cifras sobre este tipo de incidentes, pero reconoce que ha denunciado ante los jueces el presunto maltrato sufrido por, José Arizmendi Oyarzábal, Antonio Cabello Pérez y Maite Rojo Paniego.

La. Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios puso en marcha a finales del pasado año un plan para mejorar las condiciones de los traslados de los presos de una cárcel a otra además de diversas medidas para evitar posibles malos tratos, sobre todo a los pertenecientes a ETA. Fuentes de este departamento afirma que el plan está dando ya resultados como lo demuestra que hayan disminuido las denuncias.La asociación Senideak sostiene que el año 1992 hubo 41 casos de agresiones por parte de guardias civiles y funcionarios de prisiones, mientras que en 1993 denunció 80 incidentes de este tipo., Los familiares de los etarras reconocen que en 1994 solamente hubo 11 incidentes de este tipo, lo que supone un considerable, descenso respecto a años anteriores.

Por su parte, Asuntos Penitenciarios recalca que el programa puesto en marcha para mejorar el control de los traslados de los presos ha hecho aumentar sus garantías jurídicas y personales, al disponer que todos sean reconocidos por los médicos al llegar a la prisión.

Las tres "incidencias más significativas" ocurridas en 1994 durante las conducciones de etarras de un penal a otro afectan a José Arizmendi, Antonio Cabello y Maite Rojo.

A principios de enero del ano pasado, Arizmendi fue trasladado a la prisión de Cáceres, donde fue asistido de dolor en los testiculos como consecuencia de la agresión sufrida, según declaró, en el centro penitenciario de Valdemoro (Madrid). Asuntos Penitenciarios remitió la denuncia al juez de Vigilancia Penitenciaria.

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Antonio Cabello, integrante del comando Goierri-Costa, denunció al ingresar en la cárcel de Valencia, en julio pasado, las lesiones que presuntamente le habían ocasionado guardias civiles durante su traslado. Las autoridades dieron cuenta del incidente al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valencia y al juzgado de guardia de Picassent.

Maite Rojo, antigua miembro del comando Madrid, "ofreció resistencia e insultó a los guardias civiles", que utilizaron la fuerza física para reducirla. Al llegar a la cárcel de Málaga el 2 de diciembre pasado, fue reconocida por los médicos, quienes certificaron que sufría "lesiones de carácter leve", por lo que el asunto fue comunicado al juzgado de guardia de Torremolinos.

Más del 90% de los 525 presos de ETA se encuentra recluido en prisiones situadas fuera del País Vasco, fundamentalmente en Andalucía, Castilla-La Mancha y Madrid, según la asociación de familiares Senideak. Esta política de dispersión de terroristas, puesta en marcha por el Gobierno en 1987, conlleva un coste de 2.667 millones de pesetas en gastos de desplazamiento y alojamiento para los familiares que acuden a visitarlos, según Senideak.

El equipo del Ministerio de Justicia e Interior, a cuyo frente está Juan Alberto Belloch, indica que durante 1994 se efectuaron 2.054 "conducciones especiales y directas" -que afectan .fundamentalmente a los presos de ETA-, mientras que el año 1993 hubo 5.346 traslados de una cárcel a otra. "Eso ha supuesto", según las mismas fuentes, "un importante ahorro económico y un mejor aprovechamiento del personal encargado, de la realización de las conducciones".

El plan emprendido por la secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios, Paz Fernández Felgueroso, ha reducido a 34.557 el número de traslados de reclusos de un penal a otro durante 1994 (unos 5.000 menos que el año anterior). Además, la elaboración de unas nuevas rutas, en colaboración con la Guardia Civil, ha supuesto acortar el tiempo que, antes se empleaba en trasladar de cárcel a los penados, según un informe del departamento.

Actualmente, por ejemplo, se lleva a los reclusos de Puerto de Santa María (Cádiz) a Valladolid o Zamora en dos días, mientras que en 1993 eso suponía una increíble excursión de 10 días de duración, con múltiples paradas intermedias. En algunos casos se han realizado traslados de reclusos de Canarias a la Península por vía aérea.

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