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Ecuador exige a Perú que se sume al alto el fuego incondicional para sentarse a negociar

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIAL Ecuador anunció, por sorpresa y de madrugada, "un alto el fuego en la frontera oriental con Perú y la suspensión de toda actividad militar o no militar que pueda ser interpretada como amenaza". Perú guardó silencio, pero Quito exigía una respuesta explícita de Lima al alto el fuego para sentarse a negociar, en Brasilia, una salida al conflicto. Soldados peruanos de tierra, mar y aire seguían llegando ayer a la frontera, según fuentes castrenses. El Ministerio de Defensa ecuatoriano acusó a Perú de realizar ayer tres ataques en la zona. No hubo víctimas.

El Gobierno del presidente Sixto Durán Ballén, cuyos apasionados discursos en el balcón principal de la plaza de la Independencia parecían descartar un próximo cese de hostilidades, comunicó que una comisión de los países garantes del Protocolo de Río (Argentina, Brasil, Chile y EE UU) controlará el cumplimiento de una medida que fue efectiva a partir de las doce de la mañana, hora local (seis de la tarde, hora de Madrid). A última hora, el Ministerio de Defensa de Ecuador acusó a Perú de violar un alto el fuego que el Gobierno de Alberto Fujimori no había suscrito en ningún momento.Los cuatro países más comprometidos con las gestiones de paz fueron los garantes del Protocolo de Río de Janeiro de 1942, denunciado por Ecuador en 1960 por considerar que tuvo que firmarlo por la fuerza y que el documento no es aplicable, pues desconoce accidentes geográficos descubiertos después.

Durán Ballén, de 73 años, había reiterado en todas sus intervenciones públicas que no aceptaría un alto el fuego que significara. la retirada de las tropas ecuatorianas desplegadas en los 78 kilómetros de frontera amazónica sin delimitar por el polémico Protocolo de Río. El comunicado ecuatoriano indica que la iniciativa responde al "sentimiento del pueblo ecuatoriano de que la paz entre los Estados es el requisito fundamental para su desarrollo y bienestar". Ecuador anunció el alto el fuego después de que el consejo permanente de la OEA, reunido a petición de Quito, instara a buscar una salida negociada.

Exaltado patriotismo

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El trabajo negociador desarrollado en Quito se acompañó de un exaltado patriotismo. Mientras la cancillería preparaba el documento de paz, grupos antorchados convergían. frente a la Presidencia con cánticos, vivas a Ecuador y gritos contra Perú y Alberto Fujimori, una auténtica "bestia negra" en Ecuador.

El viceministro de Asuntos Exteriores, Marcelo Fernández de Córdoba, viajó a Brasilia para tratar de concretar con Perú y los cuatro países garantes el fin de las hostilidades. El presidente ecuatoriano dejó claro que Mar celo Fernández sólo se sentaría con su colega peruano y los representantes de los países garantes si Perú confirma el alto el fuego incondicional. Perú envió al encuentro de Brasila al viceministro de Asuntos Exteriores, Eduardo Ponce de. Vivanco.

Las discrepancias entre las dos naciones se centraron en cómo debería ser el alto el fuego: Ecuador afirmaba encontrarse bajo amenaza militar peruana, y rechazaba negociar en esas condiciones, exigía que las armas callaran antes antes de comenzar la reunión de Brasilia, y Perú pretendía que el alto el fuego fuera acordado después. "Yo no me sentaré en una mesa y tampoco lo harán mis representados mientras no haya ese alto el fuego", advirtió el lunes el presidente Durán Ballén ante una concentración de miles de estudiantes y trabajadores.

Los últimos partes militares, mientras, indican que no se habían registrado combates de envergadura en los destacamentos de Cueva de los Tayos, Soldado Monge, Coangos, Etza, Teniente Ortiz y Base del Sur, escenarios de las refriegas del domingo.Fuentes militares de la ciudad de Tumbes -cercana al Pacífico destacaron que seguían llegando a la frontera con Ecuador soldados peruanos por tierra, mar y aire.

Guerra a palos

El padre de Belisario Vargas, de: 67 años, "con toditas mis hijas. habiendo pasado la universidad", mataba a palos soldados peruanos en la guerra de 1941. Ese año las tropas de Lima entraron a saco en Ecuador y ocuparon casi la mitad del territorio nacional. "Mi padre me contaba, que había que reventarles el cerebro de un solo golpe porque si no él perdería la vida. Les mataban los peruanos, pues tenían armas nuevecitas. Nosotros, nada. Fíjese que guerra peleamos". Belisario contiene a duras penas las lágrimas al saber del alto el fuego dispuesto por el Gobierno. "Estoy muy estresado. No queremos más guerras. Somos pobres, y ellos [los peruanos], más que nosotros".Una pintada callejera, escrita en azul cielo y buena caligrafía, proclama: "La patria necesita tu sangre... Yo paso". Los reservistas ecuatorianos revientan las cajas de alistamiento, y el fervor patrio es alto y generalizado, pero quienes sufrieron en familia la guerra de hace 54 años reconocen que el vecino del sur es más poderoso. "Son tres contra uno. En 1941 pudieron haber tomado Guayaquil", admite Belisario Vargas., "A mi papá se lo llevaron a aquella guerra. Él se escondía en los arbustos de Aguasverdes y aguardaba quietecito hasta ver que les iba a llegar con el palo. Le enseñaron los salvajes [indios haucas]. Era un palo macizo que no se,rompía ni golpeándolo contra las piedras. Se llama magle. Se lo llevaron [a la guerra] con tres hijos; cuando volvió siguió haciendo los otros, hasta 14. Pobrecito, murió guardando nuestras fronteras".

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