González hablará de los GAL en el debate sobre el estado de la nación y reafirmará su continuidad

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha decidido sustituir su sometimiento a la llamada cuestión de confianza del Parlamento por la celebración del debate del estado de la nación en febrero próximo para responder ante la Cámara sobre la reapertura del caso GAL y, sobre todo, presentar el proyecto político de su Gobierno para 1995. El Grupo Parlamentario Socialista pedirá al Ejecutivo que tal debate se produzca cuanto antes, según expresaron ayer en una reunión interna los miembros de su comité permanente. Joaquín Almunia, presidente del grupo, denunció "una operación de acoso y derribo contra Felipe González que rebasa los límites imaginables en una democracia".

En el Grupo Parlamentario Socialista crearía cierta frustración que el debate sobre el estado de la nación no se celebrara nada más empezar el periodo de sesiones parlamentario, que se abre la semana del 7 de febrero. De no celebrarse entonces, y dado que González estará en viaje oficial por Centroamérica la semana del 13 al 17, habría que trasladarlo al 21 de febrero, demasiado tarde, según muchos de los miembros de la permanente del grupo parlamentario. Éstos intuyen que en las dos primeras semanas la oposición aprovechará para presentar en la Cámara preguntas sobre los GAL e incluso interpelaciones al Gobierno.Ayer, en la dirección del grupo Joaquín Almunia se limitó a señalar que. el debate debe celebrarse cuanto antes: "Este año hay razones que aconsejan que se celebre cuanto antes para dar confianza a la ciudadanía y para despejar cualquier duda respecto de la capacidad del Gobierno, para seguir llevando adelante su programa electoral".

En la reunión de la permanente del grupo socialista sí se puso de manifiesto el interés del PSOE de tener una mayor presencia pública desde el ámbito parlamentario con propuestas de calado social, con la vista puesta en las municipales y autonómicas de mayo.

Almunia, con tono solemne, afirmó que la preocupación que embarga a su grupo no les lleva al pesimismo ni a la inactividad. "Vamos a dar la batalla en defensa de nuestro proyecto político, en defensa del Gobierno, y singularmente en defensa de su presidente, Felipe González, que sufre ataques que tienen como fin su deterioro y que desbordan todo lo admisible en una democracia". Posteriormente habló de "operación de acoso y derribo contra Felipe González Márquez".

Preguntado sobre la identidad de quiénes orquestan esta operación, afirmó que "cualquier persona atenta a los medios de comunicación puede apreciar lo que dicen algunos políticos y algunos ciudadanos para saber que han rebasado los límites imaginables en su afán, como algunos de ellos dicen, de inhabilitar a González para la vida política; esto en democracia se llama acoso y derribo".

Quienes sí están orquestados, según se aprecia en los últimos días, son los dirigentes del PSOE, del grupo parlamentario y del Gobierno. Poco antes de que hablara Almunia, su compañero de ejecutiva, Francisco Fernández Marugán y el ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, rechazaban la posibilidad de un adelanto de las elecciones. "Soy ministro del Gobierno cuyo presidente es Felipe González, quien me ha dicho que no va a convocar elecciones, así que yo me dedico a mi tarea", dijo Borrell. Fernández Marugán retó a José María Aznar a que presente una moción de censura. "El señor Aznar tiene miedo a la nota que le pueda poner la sociedad española si tiene que comparecer en el Parlamento para, explicar su alternativa".

La legislación de partidos políticos, el proyecto de ley de incompatibilidades y la regulación de los fondos reservados, serán los temas estelares que el grupo socialista abordará en el periodo de sesiones que se inicia en febrero. Así lo hizo constar Almunia, quien manifestó que su partido está dispuesto a continuar en la vía de la lucha contra la corrupción y soportar el coste de los escándalos del pasado que ahora están teniendo repercusión pública.