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Rebajas de abrigo

Los clientes soportaron colas a bajo cero por prendas 'chollo'

A. JIMÉNEZ Más de 200.000 madrileños arrasaron ayer en las rebajas de los grandes centros comerciales de la capital. A falta de unos minutos para que el reloj marcara las diez de la mañana -el pistoletazo de salida para adquirir los chollos, más esperados- y a cero grados de temperatura, los clientes esperaban ansiosos que los guardas abrieran los cerrojos de los grandes almacenes.

Algunos llevaban desde las tres de la madrugada esperando en la acera en espera de una lotería de navidad algo retrasada. La ganga del siglo.

Este año, Galerías Preciados superó con creces a sus competidores en número de clientes a las puertas de sus centros comerciales con sus "rebajas de urgencia" con motivo de la suspensión de pagos de la empresa declarada el 17 de diciembre. A la entrada del Galerías Preciados de la calle de Goya aguardaban más de 2.000 personas. La cola, que doblaba en la calle de Conde de Peñalver, ocupaba más de 100 metros.

La misma imagen de aglomeración se repetía en otras sucursales: en la calle de Preciados, 3.000 personas también esperaban pacientemente a la intemperie.

PASA A LA PÁGINA 4

200.000 clientes 'ayudan' a Galerías en sus rebajas

VIENE DE LA PÁGINA 1

La delicada situación económica que atraviesa Galerías Preciados -en suspensión de pagos desde el pasado 17 de diciembre- arrastró a más de 200.000 clientes, que acudieron desde tempranas horas de la mañana y en masa a las rebajas.

Galerías se jugaba mucho en esta operación. Y el público ha respondido. Se trata de las rebajas más trabajadas de los últimos años en esta cadena de grandes almacenes. "Son unas rebajas muy especiales, ya que, debido a la delicada situación que atravesamos, hay que dar salida a todo el excedente de artículos que almacenamos", aseguró ayer Andrés Jiménez, responsable de comunicación de Galerías.

"Agradezco el apoyo y la solidaridad de los clientes con el personal de esta empresa", prosiguió. Las rebajas continuarán durante todo el mes de enero. Hoy abren, todos los centros comerciales de la Comunidad de Madrid, de 12.00 a 21.00.

Ayer, a las 9.30 de la mañana, unas 3.000 personas hacían cola en la entrada de Galerías Preciados de Callao. A la misma hora, sólo cinco personas aguardaban en la calle de Preciados, en la entrada de El Corte Inglés. Carlos Serrano, de 20 años, el primero de la cola de Galerías, había llegado a las tres de la madrugada. Quería una bicicleta de montaña de 13.000 pesetas (costaba 26.000 antes de las rebajas), y la consiguió.

Hubo jaleo con los pantalones vaqueros Levis -a 999-. Tan sólo salieron a la venta 150 y se agotaron en pocos minutos. Los clientes no tenían tiempo ni de comprobar la talla del pantalón: "La táctica consistía en agarrar cuatro o cinco y llevártelos al probador. Después, sí te valía, bien, y si no, pues intentabas cambiarlo, sin salir del probador, con otras personas", contaba Juan Carlos Pérez, uno de los afortunados que había conseguido uno de los pantalones.

En sólo cinco minutos, nada más dar comienzo las rebajas en este centro de la calle de Goya, los tres solicitados visones, cuyo precio de 595.000 pesetas se había convertido en 199.000 pesetas por efecto mágico de las rebajas, habían desaparecido ya de la sección de peletería, en la tercera planta. "Han volado los primeros", decían unas desilusionadas señoras.

Rápidamente, también volaron otros pájaros madrugadores; dicho termino fue importado por Galerías de los almacenes británicos Harrods en 1989 y que denomina a las cantidades limitadas de artículos que salen a la venta con un descuento de más de un 50% sobre su precio. Como los 11 relojes de la marca italiana Benetton, que, en vez de 24.975 pesetas, costaban 7.900.

Los empleados de Galerías no daban a basto. "Hoy es una locura, la gente piensa que vamos a cerrar y que lo regalamos", decía una dependienta de la sección de complementos.

Han sido las rebajas más numerosas que se recuerdan en Galerías Preciados desde hace algunos años: "El doble de gente que el año pasado", comentó el vigilante. "Este año nos jugamos mucho en estas rebajas. Son importantes y hemos hecho un buen trabajo. La gente sabe que nuestro momento es delicado y por eso nos ayuda", comentaba minutos antes de que el aluvión de compradores atravesara la entrada. "Es emocionante; esto se vive con intensidad y, dado lo mal que anda Galerías, hay que echarle aún más ganas", comentaban Chelo y Marina, dos dependientas.

Caídas y codazos

En cuanto se abrió la puerta, la gente entró en tromba. Carreras, alguna caída y algún codazo. La mayoría de estos madrugadores sabían perfectamente adónde iban. En la planta quinta se acabaron rápidamente las 13 bicicletas de montaña que el gran almacén vendía por 12.900 pesetas.

A las once de la mañana, El Corte Inglés de la calle de Goya era un hervidero de gente. Su director, Martín Cabrera, aseguró que en el primer día de rebajas se llega a triplicar la venta de un día normal. Aconsejó a los clientes -unas 30.000 personas en cada uno de los siete centros-, la compra de prendas de abrigo. "El frío ha llegado con retraso y tenemos un gran surtido de esas prendas".

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