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Creciente acoso de los bandos de la guerra de Bosnia a 'cascos azules' y cooperantes españoles

Miguel González

El agravamiento de la situación bélica en Bosnia se ha traducido en las últimas horas en un acoso creciente a los cascos azules y cooperantes españoles que desarrollan tareas de ayuda humanitaria en la región. Dos militares de la Agrupación Extremadura resultaron heridos "menos graves" a las 13.30 de ayer en un ataque deliberado de las milicias serbias, que lanzaron proyectiles sobreun control de carretera al norte de Mostar. Apenas dos horas antes y 30 kilómetros al sur eran liberados los últimos de los siete cooperantes españoles retenidos durante toda la noche por tropas irregulares croatas.

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Mientras tanto, seguía confinado en Banja Luka, la mayor localidad bosnia bajo control serbio, el capitán de Infantería de Marina Alfredo Carlos Chamorro, quien ayer pudo comunicar a un comandante español de la ONU que se encuentra bien y tiene libertad de movimientos para desarrollar su misión, siempre que no abandone la zona.Según una nota difundida por el Ministerio de Defensa, el pronóstico de los heridos en el ataque es "menos grave" y no se considera necesario repatriarlos para su recuperación. Ayer tarde estaban siendo atendidos en el puesto quirúrgico del batallón español en Dracevo. El sargento primero Ramón Lozano Yeste sufre "heridas de sedal [superficiales] en codo izquierdo, espalda y muslo"; mientras que el soldado José Benito López Moreno, tiene heridas en las piernas.

Los dos cascos azules estaban en un control de la carretera N17, la ruta principal entre Sarajevo y el Adriático, que fue batido a las 13.30 horas por proyectiles "procedentes de zona serbia". Para protegerse, se subieron inmediatamente al blindado BMR y se alejaron del lugar unos 500 metros, cuando se produjeron nuevos impactos en sus proximidades de mortero o artillería ligera, lo que evidencia el carácter deliberado de la agresión.

Mientras los serbios,titilizaban a los cascos azules como blanco de sus ataques, los croatas pagaban con los cooperantes españoles sus contenciosos con los musulmanes. Cinco. miembros del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL), entre ellos dos objetores de conciencia que cumplen la prestación sustitutoria en la antigua Yugoslavia, y dos de la organización Médicos del Mundo se vieron atrapados durante 17 y 19 horas, respectivamente, desde la tarde del martes hasta bien avanzada la mañana del miércoles, en un control improvisado por milicianos irregulares croatas en Capljina, unos 22 kilómetros al sur de Mostar.

Los croatas retuvieron toda la noche a unos 50 vehículos y casi 200 personas, a los que no dejaban avanzar ni volver atrás. Fuentes de organizaciones humanitarias atribuyeron esta actitud de los croatas a una represalia por la detención de cuatro de sus miembros, acusados de tráfico de drogas, a manos de la policía musulmana. Pese a la guerra o quizá por ella, las mafias han experimentado un espectacular desarrollo en Bosnia.

Los dos miembros de Médicos del Mundo, que vivieron momentos de tensión por la presencia entre ellos de tina asistente social musulmana contratada por la organización, consiguieron salir de la ratonera a las 10 de la mañana, tras mostrar un certificado de donación al hospital croata de Mostar. Los cinco del MPDL, dos retenidos en el check-point y tres en Mostar, recuperaron la libertad dos horas después. Ambas organizaciones condenaron la "utilización del personal dedicado a la ayuda humanitaria como rehén o con fines de presión por parte de cualquiera de los bandos".

Por su parte, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, declaró ayer a la Cadena SER que la retirada de los cascos azules es "una eventualidad bien cierta", que "estamos pensando muy seriamente", aunque advirtió que la misma provocaría una catástrofe humanitaria. García Vargas se mostró preocupado por la situación del capitán Chamorro y de los demás observadores de la ONU y la Unión Europea, de los que 26 son españoles, que van desarmados y están dispersos por la ex Yugoslavia.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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