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Murcia y Valencia consiguen el agua de Bono

El Gobierno obliga a Castilla-La Mancha a ceder 55 hectómetros cúbicos a las huertas del Mediterráneo

No hubo sentencia salomónica, Los 2.000 agricultores que ayer reivindicaron en Madrid agua para los almendros y los limoneros del Levante regresaron victoriosos en sus autobuses. El Consejo de Ministros les dio la razón y el agua, 55 hectómetros cúbicos. José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, perdió la batalla frente a sus homólogos de Valencia y Murcia, también socialistas. Su negativa a ceder "ni una sola gota" del Tajo al Segura le ha costado, además, el reproche de muchos dirigentes del partido. El, no obstante, se mantiene en sus trece: recurrirá a los tribunales contra un acuerdo que considera "ilícito, injusto, insolidario e irresponsable" y pide a sus conciudadanos que sigan luchando. La jornada se convirtió también en un día de luto: un dirigente de las Juventudes Socialistas de Ciudad Real, Francisco Ruiz Cazalla, se ahogó en el pantano de Buendía cuando participaba en una protesta contra el trasvase.

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La guerra del agua acabó en derrota para Castilla-La Mancha. La decisión de autorizar un trasvase de 55 millones de metros cúbicos desde el Tajo al Segura despejó ayer la incógnita vivida en las dos últimas semanas por los regantes de Murcia y Alicante, desde que la Comisión de Explotación del trasvase Tajo-Segura elevó la solicitud al Gobierno.El veredicto del Gobierno supone cinco hectómetros cúbicos menos de los previstos, y 25 menos de los que pedían los regantes. Si a ello se le descuenta el 10% que se quedará en el túnel del Talave (Albacete) y el 3% que se filtra a lo largo del trasvase, las 50.000 hectáreas de frutales y cítricos levantinos recibirán 48 millones de metros cúbicos. Pero la situación es tan desesperada que el acuerdo ha merecido el aplauso de los beneficiarios.

El ministro de Obras Públicas, José Borrell, justificó la autorización amparándose en los informes de la Comisión de Explotación del trasvase y de la propia Confederación del Tajo, según los cuales las necesidades de la cuenca están cubiertas durante este año hidrológico y los dos siguientes. "Teniendo en cuenta las estimaciones más conservadoras; es decir, a partir de las aportaciones recibidas por los pantanos de Entrepeñas y Buendía en los dos últimos años, que han sido los peores de la historia desde 1912, hay garantías -evaluadas en 390 millones de metros cúbicos- para el riego en las 16.000 hectáreas que se nutren del Tajo, aguas abajo de Aranjuez, incluido el cauce ecológico del río en la travesía de esta población, que. nunca puede bajar de los 6 metros cúbicos por segundo".

Borrell puntualizó que los problemas de abastecimiento de esta cuenca, que afectan a más de un centenar de municipios, no se derivan del trasvase, sino de la falta de infraestructuras.

12.000 millones en cuotas

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El Gobierno no ha contemplado una compensación extraordinaria para Castilla-La Mancha por la cesión del agua. Bono sólo recibirá el pago previsto en la ley que regula el trasvase. Una parte del canon que anualmente abonan los regantes murcianos se destina a obras de infraestructura en el Tajo. Desde 1985, la recaudación de esta cuota ha sumado 12.000 millones de pesetas-de los cuales un 40% ha revertido en Castilla-La Mancha.

La única contraprestación directa es una promesa arrancada por los alcaldes ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía en su entrevista del jueves con Borrell. El ministro anunció en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que en los próximos días se redactará un plan de inversiones medioambientales, para la reforestar las márgenes, y de mejoras de abastecimientos e infraestructuras.

Tanto Borrell como el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, eludieron pronunciarse sobre las amenazas lanzadas por José Bono. Ambos calificaron de justa la cesión del agua y de "legítimos" sus puntos de vista: "Es de elogiar que el presidente [Bono], en el ejercicio de sus funciones, manifieste preocupación en la defensa de los intereses de sus ciuadanos".

"La decisión me satisface. Responde a la justicia que había tras la demanda de mi comunidad. El acuerdo servirá para salir de la extrema necesidad de nuestros campos", dijo, por su parte, la presidenta murciana, María Antonia Martínez, para quien ha imperado el principio de solidaridad socialista. El presidente Valenciano, Joan Lerma, también agradeció el gesto de solidaridad de Felipe González. "El Gobierno", dijo "tenía claros los datos y la decisión ha sido acertada: y objetiva".

"¡Agua, agua!"

Los agricultores no estaban menos contentos. Sus voces, -¡Agua, agua, agua ... !- se habían fundido momentos antes con las de políticos y empresarios en un solo grito. 2.000 personas procedentes de Murcia, Alicante, Almería y Valencia -5.000 según los organizadores- se manifestaron en Madrid para apoyar al Gobierno en su decisión.

Al final, el Consejo de Ministros aprobó 5 hectómetros menos de lo previsto, que, según la Plataforma Social del Agua, supondrán la pérdida de 20.000 hectáreas, 10 millones de árboles y 30.000 millones de pesetas. Aun así, los manifestantes recibieron la noticia con aplausos y baños en la fuente de la Plaza de España. "Menos es nada", decía Juan Pedro Sánchez, coordinador de la Plataforma, "el Gobierno no se ha dejado presionar y ha evitado un desastre".

El agua se repartirá entre los agricultores de la cuenca del Segura según criterios de emergencia. Los limoneros y naranjos serán los primeros. "Estoy convencido de que los agricultores van a ser solidarios y se repartirán el agua justamente", comentó Sánchez, quien añadió: "Vamos a seguir trabajando hasta que se apruebe el Plan Hidrológico Nacional, es una cuestión de Estado".

Desde su llegada hasta su partida, a las 16.00, los agricultores no provocaron incidentes. Sólo las alusiones a José Bono y al arzobispo de Toledo, que también se pronunció contra el trasvase, chirriaron en la formación.

En el frente contrario, una de las protestas contra los trasvases acabó en tragedia. El secretario de organización de las Juventudes Socialistas de Calzada de Calatrava (Ciudad Real), Francisco Ruiz Cazallas, de 17 años, desapareció en las aguas del pantano de Buendía cuando participaba en una acampada-protesta junto con otras 80 personas. El joven, al que anoche se daba por fallecido, cayó al agua por causas que se desconocen. La búsqueda del joven se suspendieron anoche "por razones técnicas", según el Gobierno Civil de Ciudad Real.

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