Chipre suspira por la Unión Europea
El Gobierno legal de la isla mediterránea confía en Bruselas para liberarse de la ocupación turca
La isla de Chipre, a sólo 60 kilómtros del vientre de Turquía, apunta hacia las costas de Siria y Líbano en el Próximo Oriente. Su extensión equivale a dos veces y media la de Mallorca. Es griega y turca. Marco Antonio se la regaló a Cleopatra. Ha sido veneciana y otomana. Los británicos la alquilaron en 1870 y se la anexionaron como botín tras la I Guerra Mundial. Desde 1960 es independiente, aunque el Reino Unido con serva dos bases militares que ocupan casi un 4% del territorio.Ahora, Chipre suspira por abrir las negociaciones de adhesión con la Unión Europea (UE) Alecos Michaelides, ministro de Exteriores del Gobierno de la República de Chipre, el único reconocido internacionalmente, no lo duda: "La adhesión a la UE es la prioridad de mi gestión porque es la mejor manera de resolver el problema nacional" Un problema que radica en las difíciles relaciones entre las comunidades griega ortodoxa y turca musulmana que pueblan la isla, que exige la presencia de tropas de pacificación de la ONU desde 1964, y que adquirió tintes dramáticos cuando Turquía ocupó militarmente el 37% del territorio del país, en 1974, para proteger a la comunidad musulmana del régimen ultranacionalista griego instaurado en Nicosia por la junta de los coroneles.
Veinte años después de la invasión, Turquía mantiene 30.000 soldados en el norte de la isla según fuentes de la ONU- y el país permanece clínicamente dividido por una línea verde cuyo trazo se puede seguir por un rosario de banderas griegas y turcas y puestos de observación de la ONU. Una zona colchón, en la que patrullan 1.200 cascos azules, separa a los centinelas. Raúf Denktash, líder de la comunidad turca, proclamó en 1983 la República Turca del Norte de Chipre, sólo reconocida por Ankara, y hace tres años adoptó como moneda la lira turca. Los griegos denuncian que Turquía exporta colonos para modificar la situación demográfica. "Cada vez que Denktash teme perder las elecciones, importa unos cientos de turcos y así garantiza su éxito", denuncia Vasos Lisarides, presidente del Partido Socialista. "Es como tener detrás un banco de 60 millones de personas".
La mediación de la ONU, que se arrastra desde 1968, no ha provocado avances sustanciales. Los grecochipriotas se sienten "descontentos, frustrados, humillados", en palabras del presidente del Parlamento, Alexis Galanos, porque la comunidad intemacional insiste en presentar el problema como una cuestión intercomunal y no como un contencioso internacional derivado de la invasión turca. Galanos sostiene que Occidente no ejerce presión significativa sobre Turquía -"el niño mimado de la comunidad internacional"- debido a su posición estratégica y a una falsa percepción de la realidad turca como último bastión occidental frente al integrismo.
El último instrumento de negociación intercomunal presentado hace un año por el secretario general de la ONU, bajo el epígrafe de Medidas de Fomento de la Confianza (MFC), corre el riesgo de seguir el mismo camino que todas las propuestas anteriores. El ministro de Asuntos Exteriores no duda en calificar las MFC como un "documento para la galería". La nueva iniciativa de las Naciones Unidas prevé la reapertura del aeropuerto de Nicosia, cerrado desde 1974, y la recuperación de la localidad costera de Varosha, una verdadera ciudad fantasma en la que los árboles se abren paso a través de los edificios abandonados hace 20 años.
En febrero, el acuerdo parecía inminente. Ligeros retoques en la redacción del texto llevaron a la parte turca a denunciar sustanciales mejoras para la parte griega y a rechazar la firma. El último informe del secretario general de la ONU, publicado el 1 de junio, acusa a los turcochipriotas de bloquear el acuerdo y denuncia que "su falta de voluntad política" provoca "una situación muy insatisfactoria".
Para Lisarides, las dilaciones de la parte turca tienen un objetivo claro: "Denktash. tiene las tierras, tiene las tropas, no tiene nada que perder. Es el último señor feudal. Preside un seudogobierno que no tiene que rendir cuentas, y los retrasos en las negociaciones le sirven para aparecer en las fotos y lograr paulatinamente el reconocimiento internacional".
Lisarides sugiere derribar el muro y permitir la libre circulación de los chipriotas por toda la isla. Para el dirigente socialista, los problemas que enfrentan a las dos comunidades "son equivalentes a los que enfrentan a los italianos del Norte y del Sur, son cuestiones constitucionales. ¿Federación? ¿Confederación? Eso se puede discutir", dice.
El fracaso de la ONU hace que los grecochipriotas cifren todas sus esperanzas en Bruselas. "El día que la UE establezca una fecha para el inicio de las conversaciones de adhesión, Turquía no tendrá más remedio que replantearse la situación", asegura el ministro de Exteriores.
La Unión Europea representa la garantía de seguridad para los griegos, que temen que, a largo plazo, Turquía extienda su control militar a toda la isla. Además, a ojos de los griegos, la adhesión al club comunitario vacía de contenido las demandas de la minoría turca, ya que sus derechos quedarán amparados por la Convención Europea de los Derechos Humanos.
El informe de la UE asegura que Chipre satisface todos los requisitos económicos que exige el Tratado de Maastricht. La renta per cápita en la zona controlada por el Gobierno legal es superior a la de España, Grecia, Irlanda y Portugal. Además, todos los partidos apoyan la anexión a la UE, salvo el comunista, cuya oposición no pasa de ser formal.
De momento, Bruselas sólo ha prometido reconsiderar la demanda chipriota a partir del próximo 1 de enero de 1995. Pero está por ver que la Unión Europea acepte la sugerencia del ex presidente Vas¡liou: "Deberíamos seguir el modelo alemán. Toda Alemania pertenecía formalmente a la Comunidad, pero sólo la parte occidental era miembro de hecho hasta la caída del muro de Berlín".
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