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El fiscal denuncia por narcotráfico a la dirigente de una supuesta secta

El fiscal antidroga del País Vasco, Javier Huete, presentará esta semana una denuncia por un presunto delito de tráfico de droga contra la dirigente y un colaborador de la asociación bilbaína Ama Lurra, dedicada a terapias de autoestima. Familiares de personas que han participado en las ceremonias de peyote (planta alucinógena) organizadas por dicha asociación han acusado a su líder, Irene Goikolea, de "manipular a los adeptos y estafarlos económicamente".

Expertos en sectas que han investigado a Ama Lurra (ahora Eguzki Berria Elkartea) la han calificado de "destructiva". Los dos principales acusados son la vizcaína Irene Goikolea y el chamán mexicano Aurelio Díaz Tekpankalli.Las investigaciones comenzaron a principios de año, cuando la Unidad Antidroga de la Policía Municipal de Bilbao informó a Huete de que en el número 2 de la calle de Ronda, se consumía peyote en ceremonias clandestinas. Cada sesión les costaba a los adeptos 15.000 pesetas. La asociación, que abrió sus puertas en 1992, varió entonces de nombre en el registro para llamarse Eguzki Berria Elkartea.

Los agentes encargados del caso realizaron un seguimiento a Goikolea, quien en esas fechas se trasladó a México. La policía fue alertada sobre una inminente ceremonia de peyote que finalmente no se produjo. La líder, al per catarse de la investigación, acudió a la Policía Municipal para asegurar que no era ninguna delincuente. Ayer no pudo ser localizada por EL PAÍS.

Familiares de adeptos llevaban varios meses reuniéndose ante los efectos "perversos" que estaba produciendo "la terapia del dolor" aplicada por Irene en sus reuniones.

El dolor como terapia

A los encuentros dirigidos por Goikolea acudían una media de 25 a 30 personas y el coste mensual ascendía a 10.000 pesetas. La líder de la presunta secta les inducía a romper los vínculos afectivos con su familia y sus amistades, a la vez que les ordenaba provocar situaciones dolorosas para purificarse. "Es un trabajo de valientes, somos los elegidos", decía Irene. "Hasta que no atreveséis el dolor, no os liberaréis de él", resume una ex adepta."Es psicoanálisis barato. Una terapia que anula la personalidad y en la que mi hermano ha perdido su autonomía y su dinero", indica un afectado.

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Los familiares revelaron que Irene organiza cursillos y terapias mezclando el esoterismo, el indigenismo y los ritos orientales para "captar adeptos y sacarles el dinero". Cada consulta le sale al adepto por 5.000 pesetas, y por la ceremonia de peyote, denominada Vision quest, en la que se fuma en una pipa sagrada, han llegado a pagar 40.000 pesetas.

Huete obtuvo una lista de adeptos y ex adeptos. "Cerca de 300 personas han tenido algún tipo de relación con esta asociación, según consta en sus ficheros", indican un familiar y un ex adepto. El fiscal interrogó a dos personas que habían acudido a varias ceremonias de peyote en la sede de Bilbao. Ambas han asegurado que en ocasiones también había niños, aunque no participaban activamente en estos rituales (originarios de los indios de Tejas y del norte de México).

El fiscal considera que hay indicios de tráfico de drogas y presunto delito de contrabando, ya que el peyote, cuyo principio es la mescalina, lo traen desde México.

Tras reunirse con Jesús Cardenal, fiscal jefe de la Audiencia de Bilbao, Huete ha decidido interponer la denuncia por narcotráfico y no descarta que surjan otros delitos, como los de estafa, apropiación indebida, coacciones, amenazas y corrupción de menores.

Los familiares afectados han denunciado también que Irene "obliga a romper" las parejas. Eso propició que el matrimonio formado por Iker Arrutia y Nekane Azkueta dejara a sus dos hijos, de siete y nueve años, en manos de una de las adeptas.

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