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Entrevista:

"Aquí la gente no viene rígida"

Arnaldo "sale del armario", esto es, reconoce públicamente que es homosexual -sorpresa también para algunos de sus familiares- y abre Berkana, una tienda que huele a buen negocio, porque si en Madrid no hay playa, no se puede fabricar; pero si hasta ahora no ha habido una librería para homosexuales, eso tiene mejor remedio. Aquí lo fundamental es ser afín. Y estos clientes afines están de enhorabuena y mueven las monedas y billetes en sus bolsillos en señal de íntimo aplauso por esta primicia para Madrid (calle de la Palma, 39) y también en España. En Nueva York, otras librerías similares ya tienen 25 años. Pero no hay que lamentarse cuando los afines pueden gastar su dinero con la posibilidad de ir a un comercio sin rodeos y, encima, con horario continuado. Son los clientes de lujo que ya saben mucho del Advocate, OUT, Gay Times, 10 per cent y otras revistas, aunque a base de buscarse la vida para conseguirlas. Ahora sólo hay que levantar la vista para detenerse en los libros de fotografías de Mapplethorpe, Ritts o Weber; ver camisetas, posters, postales o multitud de complementos de bisutería alegórica a la homosexualidad. Acariciar los libros de afines ilustres parece ser uno de los platos fuertes. Que si Mendicutti, que si Virginia Woolf, que si Warhol o todo lo de Terenci Moix, sin dejar para después el abecé del homosexual, el best seller, si se permite el término, Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad, de John Boxwell, o Vida y confesiones, otra biblia, ésta de Oscar Wilde. Las estanterías de las mujeres van más despacio, pero el material de los caballeros se agota rápido y por eso hay que salir de Madrid y de España para que Arnaldo y su socia puedan reponer existencias.Pregunta. Se lo debe pasar usted comprando por ahí.

Respuesta. Sí, es lo que más nos gusta, poder perderte en centros de Berlín, Londres, Nueva York o París. ¡Ves tantas cosas que aquí no hay!

P. ¿Censura usted a la hora de comprar?

R. Pienso en el ligero retraso que hay en Madrid, pero no... La gente está más adelantada de lo que yo creía. La camiseta del beso, que es la más atrevida de las que teníamos, es la primera que se ha agotado.

P. ¿Cómo se ve Madrid desde detrás de este mostrador?

R. Lo veo esperanzado. Aquí la gente no viene rígida como a los sex-shops, hay más naturalidad de la que creía, y, por ejemplo, la gente nos deja sus direcciones para recibir catálogos.

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De puertas afuera, la cosa queda clara desde los escaparates. Berkana deja ver en grandes carteles una imagen poética de dos mujeres abrazándose; a su lado, columnas de letras que subrayan en negrita por qué esta librería quiere ayudar a conseguir una sociedad más tolerante. De puertas adentro Berkana también es un punto de referencia para algún descolocado o descolocada que llega a Madrid y quiera situarse con la información de los diferentes colectivos y controlar, claro, la ruta de los bares de ambiente de la zona de Chueca.

P. Si esta librería entrara también en el circuito, usted podría después tumbarse a la bartola...

R. Estamos en contacto con bares de chicos, y ellas de chicas, para promocionarnos. Por ahora, en la tienda, las personas que vienen miran mucho y compran menos, pero yo prefiero que, aunque no compren, sigan viniendo, porque el boca a boca funciona mucho.

P. Y desde este mostrador, ¿cómo se ve la calle de la Palma?

R. Es una calle que estaba muerta hace unos años, pero ahora hay una buena mezcla de tiendas alternativas, como una tienda verde, otra de discos restringidos, otra invadida de grafitos con ropa de segunda mano procedente de EE UU, y todo ello, además, con la tienda de ultramarinos de toda la vida o un broncista de los que ya quedan pocos.

P. ¿Se ha dejado caer dentro de este local algún vecino despistado?

R. La gente mayor se queda mirando el escaparate, pero no ha entrado ni ha puesto mala cara; simplemente, se sorprendían y se iban. No hay posibilidad para el despiste, porque queda claro de qué vamos.

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