Los socios de Amper rechazan la ampliación de capital
El Consejo de Administración de Amper, en el que están representados Telefónica y Teneo como principales accionistas, no ha aprobado en su última reunión la ampliación de capital por valor de 7.000 millones de pesetas.Antonio López, presidente de la empresa, había propuesto esta medida como "algo inevitable para seguir adelante" y salvar el difícil momento que viven Amper y sus filiales.
Telefónica de España es el primer accionista de Amper, con el 15% del capital, y su principal cliente. El segundo accionista es Indra, la antigua Ceselsa Inisel, perteneciente el grupo público Teneo. El Banco Bilbao Vizcaya, tercer socio tradicional de esta empresa, salió el pasado verano tanto del capital como del consejo de administración, tras una decisión que fue duramente criticada por Antonio López.
Fuentes de Telefónica han señalado a este periódico que acudirían a la ampliación de capital en el porcentaje que les corresponde siempre y cuando acudan los demás socios. Por su parte, Indra, controlada por Teneo, tampoco parece en condiciones de acudir a la ampliación, ya que se encuentra en plena reestructuración derivada de su propia fusión con Ceselsa e Inisel y por afectarle de plano los recortes en Defensa. Para Teneo, Amper no tiene un interés estratégico y además pueden existir otras salidas distintas a la ampliación propuesta.
Pérdidas millonarias
El aplazamiento de esta decisión agudiza la crisis de la empresa, que ha visto incrementadas sus pérdidas en los últimos años. Durante 1992, las pérdidas ascendieron a 11.300 millones de pesetas, frente a las 2.837 de un año antes. En 1990 también se dieron pérdidas por valor de 1.156 millones. Sólo 1989 fue un ejercicio rentable, con 772 millones de beneficios.El grupo Amper se halla en plena reconversión y los activos han pasado desde los 73.000 millones al final de 1991 a 49.000 al final del pasado año. La plantilla también ha bajado desde las 4.500 personas en 1989 hasta las 3.399 a finales del pasado año.
La factoría de Getafe ha sido una de las más afectadas por la crisis. En los dos últimos años ha perdido 700 trabajadores que han optado por la jubilación anticipada o por bajas incentivadas, informa .
