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3.000 vehículos encerrados tres horas en el garaje de la Vaguada

A más de 3.000 madrileños les costó un disgusto haber ido en coche el pasado sábado al centro comercial Madrid 2, más conocido como la Vaguada. Un enorme caos circulatorio provocó que en tres horas, desde las seis de la tarde hasta las nueve de la noche, ni un solo coche consiguiera salir del aparcamiento de ese centro, que tiene una capacidad para 3.600 vehículos. Ayer, para prevenir un nuevo atasco, la dirección del establecimiento impidió que entraran más de 2.000 coches.Las fiestas del Pilar que se celebran en ese barrio, la lluvia y el hecho de ser los primeros días del mes fueron la causa de que, desde las cinco de la tarde hasta las 22.30 del sábado, la avenida de la Ilustración, la calle de Ginzo de Limia y la de Monforte de Lemos estuvieran completamente saturadas y colapsaran las salidas del aparcamiento de la Vaguada.

Varios empleados de ese aparcamiento se quejaron ayer de la falta de colaboración por parte de la Policía Municipal de Madrid. Aseguran que cada 20 minutos avisaban por teléfono a las fuerzas municipales, pero durante las cinco horas que duró el atasco no apareció ni un solo agente. No fueron ellos los únicos que solicitaron la ayuda policial; también los propios conductores pidieron esta ayuda, con idéntico infructuoso resultado.

Motores apagados

Otra parte importante del caos era la que se encontraban los que pretendían aparcar sus coches en el centro. A las seis de la tarde se cerró la entrada, pero de eso sólo se enteraban los 20 primeros coches de la cola para aparcar. Detrás había una larguísima fila de vehículos esperando para entrar en un aparcamiento cerrado y totalmente colapsado.

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Los encargados del centro comercial aseguran que jamás había ocurrido algo así en su garaje, aunque suelen ser frecuentes los atascos de salida dentro del estacionamiento. Una de las medidas que se tomaron fue pedir a los automovilistas, a través de la megafonía, que apagaran los motores.

Según uno de los empleados, no hubo problemas de humo, excepto en la salida. Este trabajador comentó que la reacción del público fue de calma. "Excepto algún que otro energúmeno, la gente se lo tomó a cachondeo", señala. "Los conductores dejaban sus coches en donde los tuvieran y salían a tomar una cerveza o a hacer cualquier cosa", cuenta otro empleado. Hubo quien se decidió por volver a recogerlo a altas horas de la madrugada.

Lo que tienen muy claro los responsables del centro es que algo así no les vuelve a ocurrir. Según cuentan, un atasco en este aparcamiento suponía, hasta el pasado sábado, esperar no más de media hora para salir. Como primer paso, ayer solamente se permitió la entrada a 2.000 vehículos.

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