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Un niño de 11 años muere de tiro en la cabeza en un cuartel italiano de carabineros

Tarzán Sulic, un gitanillo croata de 11 años, murió el pasado jueves al recibir un tiro en la cabeza mientras se encontraba recluído en la celda de seguridad de un cuartel de carabineros de la ciudad italiana de Padua. Una prima, de 13 años, del niño resultó herida de gravedad en el pecho por el mismo disparo.Según la versión oficial, los dos niños, que se dedicaban a robar habitualmente, fueron detenidos por los propietarios de un apartamento. Trasladados a comisaría, fueron recluídos en una celda de seguridad (hecho que resulta irregular dada la edad de los detenidos) porque no querían revelar los nombres ni la situación de sus padres.

Una hora después, Tarzán llamó a un guardia para ir al servicio. El jefe del cuartel afirma que, abierta la puerta de la celda, los dos niños se pusieron a gritar, dando patadas y golpes a su guardián. Tarzán logró aproximarse a éste por la espalda, y casi llegó a apoderarse de la pistora que, bloqueda con el seguro reglamentario, colgaba en la funda del agente. Fue en ese forcejeo cuando, siempre según la versión oficial, se escapó un disparo.

Según algunas informaciones, la niña tardó media hora en ser atendida, porque los carabineros creyeron que la sangre que le fluía del pecho procedía de la cabeza de su primo. Irma Djuric, madre de la niña herida, afirma que ésta le ha dicho que el carabinero disparó a sangre fría.

Con la guerra en la antigua Yugoslavia, ha crecido en las calles italianas el número de niños gitanos.

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