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Volkswagen cambia de actitud y dice que despedirá a Arriortúa si se prueba que espió

La compañía automovilística Volkswagen. AG (VW) despedirá a su actual jefe de producción, el español José Ignacio López Arriortúa, y a los colaboradores que le acompañaron en su traslado desde General Motors, si se prueban las acusaciones de espionaje industrial lanzadas por la multinacional estadounidense. Según confirmó el portavoz de Volkswagen, Lutz Schilling, la hipótesis del despido, siempre que se confirme la acusación, fue estudiada y acordada por el presidente de VW, Ferdinand Piech, y su equipo en una reunión celebrada el pasado viernes.

Schilling, en declaraciones a Reuter, calificó la reunión en la que se abordó la posibilidad de prescindir del ejecutivo natural de Arnorebieta (Vizcaya) como "un procedimiento normal". A renglón seguido, el portavoz de VW destacó la valía de López Arriortúa y sus colaboradores para los planes de reestructuración que tiene en marcha la empresa y adelantó que se les prestará todo el apoyo posible. "Todos los participantes [en la reunión del viernes] están de acuerdo en que López Arriortúa es el hombre adecuado para encabezar la reestructuración [de la empresa]" remachó Schilling.General Motors acusó al español López Arriortúa de robar documentos secretos de su propiedad cuando abandonó la compañía americana, el pasado mes de marzo, para formar parte de la dirección de Volkswagen.

La controversia sobre la actuación de López Arriortúa ha llegado a los tribunales alemanes. Esta misma semana, un portavoz de GM aseguró que el caso está también bajo investigación del Departamento de Justicia estadounidense.

Cambio de actitud

El anuncio de Volkswagen supone un cambio de actitud importante respecto a la tesis que venía manteniendo la compañía alemana sobre el ejecutivo. Hace apenas unos días, la empresa automovilística aseguró que no había ninguna razón para la renuncia del directivo.

Volks,wagen marcó el primer gol, pero la compañía General Motors ya ha remontado posiciones y se ha puesto por delante en la guerra sucia que enfrenta a estos dos gigantes del automóvil desde el mes de marzo. Lo que al principio no era más que una pugna entre ambas multinacionales por tener en su nómina al ejecutivo español José Ignacio López Arriortúa ha derivado en una auténtica batalla que está empañando la imagen de todas las partes. Ha sido una mala semana para Iñaki. El martes, el Tribunal Territorial de Hamburgo levantó la prohibición que pesaba sobre el semanario Der Spiegel de seguir publicando que Arriortúa y sus colaboradores se llevaron documentación secreta de General Motors y de su filial Opel cuando abandonaron esta empresa. El anuncio de la decisión del tribunal de Hamburgo provocó una importante caída en la cotización de las acciones de Volkswagen en la Bolsa de Francfórt.

El jueves, la fiscalía de Darrristadt hizo pública su decisión de ampliar las investigaciones sobre el caso a otros dos colaboradores españoles del director de compras de Volkswagen: Jorge Álvarez y Ramón Piazza, dos antiguos ejecutivos de Opel. Junto a ellos también está siendo investigado José Manuel Gutiérrez.

La fiscalía confirmó que los documentos encontrados hace un mes en el apartamento que ocupaban Álvarez y Piazza proceden de General Motors y de su filial Opel y es material al que sólo pueden acceder los altos ejecutivos del grupo.

Las reacciones a estos dos hechos han sido de todos los tonos. Desde las que afirman que es el principio del fin para la carrera de Iñaki en Volkswagen hasta quienes advierten que la decisión de la fiscalía no es "un juicio previo" ni indicio seguro de- que habrá proceso legal.

En cualquier caso, en la batalla de la comunicación han tomado ya la delantera los americanos, que cuentan con dos grandes ventajas: en Estados Unidos es frecuente el robo de ejecutivos entre las grandes empresas, por lo que tienen también mayor capacidad de reacción; al mismo tiempo, lo que es relativamente habitual en Estados Unidos está muy mal visto en Alemania, país en el que el espionaje industrial -y esa es la gran acusación de General Motors a López Arriortúa- es severamente reprochado tanto por la opinión pública como por la ley.

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