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Un testigo acusa a la policía alemana de asesinar a un jefe de la Baader-Meinhof

La Comisión de Interior de Bundestag (el Parlamento ale mán) investiga lo sucedido el do mingo en la localidad de Ba Kleinen, donde, en un confus tiroteo con la policía, mur¡ Wolfgang Grams, un históric de la antigua banda Baader Meinhof. La primera versión ofi cial, según la cual Grams, tra matar a un policía, murió en e posterior intercambio de dispa ros, se ha venido abajo al descu brirse que el terrorista fue ejecu tado a quemarropa.El eco de los disparos que e domingo por la tarde acabaro con Grams, de 40 años, uno d los más escurridizos miembro de la RAF, aún retumba en Ale mania. Junto a Grams, la policí detuvo a su compañera sentimental, Birgit Hogefeld, de 36 años, en la pequeña estación de tren de Bad Kleinen. La autopsia revela un disparo a quemarropa en la cabeza y tres más en otras partes del cuerpo. Según la declaración jurada de una testigo, "los dos policías se acercaron al hombre (Grams), que estaba inmóvil, tumbado en el suelo, y parecía estar muerto. Un policía apuntó a su cabeza y tiró desde muy cerca, a muy pocos centímetros".

La dirección federal de la policía en Wiesbaden se ha negado a hacer comentarios. El fiscal general de Karlsruhe tampoco tiene nada que decir al respecto y remite a la fiscalía de Schwerin, a la que corresponde el caso. Fuentes de Schwerin confirman que se han encontrado cuatro orificios de bala en el cuerpo de Granis y que el disparo mortal fue hecho desde "absoluta cercanía a la sien derecha, incluso a quemarropa", lo que ha sido ratificado por la autopsia.

La tesis del suicidio

El proyectil salió por la parte izquierda trasera del cráneo y no ha sido encontrado, por lo que se desconoce el arma con que fue disparado y permite alimentar la tesis de un suicidio. El abogado de la familia Grams, sin embargo, ha rechazado esta posibilidad y asegura que en el momento del tiroteo había 20 personas en el lugar de. los hechos y ninguna vio el suicidio.El ministro del Interior, Rudolf Seiters, ha ordenado una investigación 1o más rápida posible", y para dirigirla ha nombrado un jurista independiente.

Conforme se van conociendo detalles sobre lo sucedido en Bad Kleinen el domingo pasado, la historia se complica y toma los tintes de uria extraña conspiración. Se menciona, por ejemplo, un supuesto encuentro de los dos terroristas con un topo policial en el bar de la estación poco antes del tiroteo, al igual que la presencia en el lugar de un miembro de la fiscalía general.

La compañera de Grams, Hogefeld, en una carta abierta publicada ayer por el Tageszeitung, calificó a los policías que la detuvieron, esposaron y le taparon la cabeza con una bolsa de plástico y cinta adhesiva como "más enloquecidos que brutales", y asegura que le quitaron la pistola en el coche policial, o sea, bastante tiempo después de la detención.

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