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Convulsión francesa ante el escándalo de corrupción del Olímpico de Marsella

El cerco siguió estrechándose ayer en torno a Bernard Tapie y el club que preside, el Olímpico de Marsella (OM), campeón de Europa de fútbol. La justicia acumulaba nuevas pruebas que parecían confirmar que el OM intentó sobornar a tres jugadores del modesto Valenciennes para que, el pasado 20 de mayo, se dejaran ganar por los marselleses en su propio estadio. Dos de los jugadores rechazaron la oferta, pero uno, Christophe Robert, la aceptó. El jugador marsellés que presuntamente les contactó, Jean-Jacques Eydelie, ingresó en prisión en la noche del pasado domingo bajo la acusación de corrupción activa".Eydelie seguía negando haber telefoneado a los tres jugadores del Valenciennes en las vísperas del partido para ofrecerles algo más de 5 millones de pesetas por cabeza a cambio de una "ayudita" al OM. Pero los testimonios de Robert y los dos jugadores que rechazaron el soborno son de tal peso que el juez que instruye el caso decidió enviar a la cárcel al marsellés. El traumatizado mundo del fútbol francés entró en estado de coma.

La justicia supone que Eydelie no actuó por cuenta propia. ¿Quién le pidió que intentara sobornar a las gentes del Valenciennes? El principal sospechoso, por el momento, es Jean-Pierre Bernés, director general del club marsellés y brazo derecho de su presidente, Tapie. Bernés seguía ayer hospitalizado en un centro marsellés. Estaba, según el OM, muy deprimido por razones familiares", lo que le impedía responder a la convocatoria del juez.

Tapie no sabe nada

Tapie, un controvertido político y empresario aliado a los ahora maltrechos socialistas franceses, se sentía amenazado directamente. El hombre que ha convertido al OM en el líder del fútbol francés y, hace apenas unas semanas, el campeón de Europa, afirmaba no tener "la menor idea" del asunto. Sus próximos añadían que, si hubo intento de soborno, éste fue por iniciativa de "alguna persona aislada" y sin el conocimiento de Tapie. El presidente se resiste a creer en la culpabilidad de jugador o directivo alguno de su club, aunque reconoció, en cualquier caso: "Si hay un culpa ble habrá que castigarlo. Me cuesta trabajo creerlo y mientras que la justicia no haya dictado sentencia me seguirá costando. El OM", añadió Tapie, "ha he cho soñar a millares de hinchas y no hay que defraudarlos. Hay que continuar. Ni un solo franco puede salir de las arcas del club sin que den el visto bueno cuatro personas. ¿Quién puede creer que al OM le haga falta comprar un jugador del Valenciennes para ganar?", concluyó.Con los datos recogidos por la justicia, los responsables del fútbol francés tendrán que decidir en las próximas semanas si envían al OM a Segunda División. Los jugadores y directivos implicados en el escándalo pueden también ver terminadas de modo definitivo sus carreras deportivas.

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