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ELECCIONES 6 JUNIOBALANCE DE UNA CAMPAÑA AGITADA

El PNV, "seguro de ganar"

Aunque no es uno de los lemas de su campaña electoral, "seguros de ganar" es la expresión más exacta del actual estado anímico de los 31.000 afiliados del PNV. Eliminadas las mayorías absolutas, en la perspectiva de un virtual empate entre las fuerzas mayoritarias, el PNV saca sus cuentas, cruza señales de complicidad con sus socios catalanes y prepara cuidadosamente la estrategia del juego, consciente de que sus escaños son triunfos seguros en la mesa de la negociación postelectoral.El PNV sabe que va a ganar, al margen del incremento o no de sus resultados (su objetivo es llegar a seis escaños), pero tiene un cuidado exquisito en evitar que su ventajosa situación sea identificada con una actitud de chantaje. Xabier Arzalluz lo ha repetido en la presente campaña: "No somos chantajistas", "no vamos a ir la mesa de negociación con la independencia en la mano", "no vamos a exigir el derecho de autoderminación en los próximos cuatro años".La campaña nacionalista, sólo medio centenar de mítines, vallas publicitarias, unos pocos carteles y, eso sí, un trepidante callejear por la geografía vasca, se abrió con el eslógan "Por un Euzkadi mejor" y el consabido abrazo del oso dirigido a los hermanos escindidos de Eusko Alkartasuna (EA). "El PNV plantea a EA la reunificación", "Propone formar un grupo vasco en el Congreso", rezaban aquellos primeros titulares, rápidamente arrinconados tras la esperada respuesta de EA: "Si quieren la unidad, que rompan sus alianzas con el PSOE, que empiecen por formar un gobierno de concentración nacionalista aquí, en el País Vasco".

El bipartidismo de la presente campaña ha obligado también al PNV a hacer un esfuerzo suplementario para retener a aquellos de sus votantes que barajan "las opciones estatalistas" cuando se trata de elecciones generales, "Ahí tenéis a los dos, los socialistas y los populares, queriendo vender por toda la piel de toro que son los únicos que existen", apuntaba Xabier Arzalluz en sus mítines. "Que lo digan por ahí abajo, todavía. Pero que vengan a aquí, a Euskadi, con la misma música, despreciando el nacionalismo... ".

Mientras los voluntariosos afiliados nacionalistas rebañaban los votos en los pueblos, casa por casa, familia por familia, hasta llegar a los últimos caserios, los máximos dirigentes establecían las distancias a mantener en cada momento con el PSOE y el PP. En esa tarea de "marcar" su espacio, y más allá de polémicas servidas como la de la reinserción de los presos de ETA, el PNV ha mantenido un tono de hostilidad discreto en sus referencias al PP y todavía más bajo en el caso del PSOE. Aznar y González han quedado fuera del "pim, pam, pum" de la campaña nacionalista para asegurarse que las puertas quedaran abiertas a la posible colaboración postelectoral.

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