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Condenado un piloto por transportar pasaje hasta en el baño del avión

Pedro Gorospe

El comandante de aviación Jesús Eirás Eirás ha sido condenado por el Juzgado de Instrucción Número 3 de Vitoria a 20 días de arresto y al pago de las costas procesales por permitir el acceso a bordo del avión que pilotaba a 20 personas más de las permitidas, 13 de ellas menores, algunos de los cuales viajaron en el baño. El origen de la condena fue la denuncia formulada por el padre de uno de los niños, que ha mostrado su satisfacción por la sentencia, para la que los motivos comerciales no justifican el riesgo del pasaje y la tripulación.

Varios de los niños tuvieron que hacer parte del trayecto entre Vitoria y Madrid, el día 30 de julio de 1991, sentados en el baño, de dos en dos en cada asiento, y el resto de pie, sin máscaras de oxígeno, chalecos salvavidas ni cinturones de seguridad.El titular del juzgado alavés, José Miguel Martínez, que enmarca la sentencia en los artículos 60 y 71 de la Ley Procesal y Penal de la Navegación Aérea, así como en la Circular Operativa 1/77, justifica la misma asegurando que "se está ante una infracción legal cuyas consecuencias pudieron ser gravísimas, dado que la conducta imprudente del comandante de la aeronave puso en peligro serio la seguridad de ésta, y por consiguiente la de las personas que viajaban en la misma, así como la de la propia tripulación".

El exceso de pasaje se produjo el 30 de julio de 1991, cuando un vuelo charter de la ya extinta compañía Nort Jet Londres-Madrid hizo escala en Vitoria. La parada tenía como objetivo recoger a varios pasajeros del vuelo Vitoria-Tenerife, que no pudo despegar debido a una avería.

Asientos ocupados

Cuando el pasaje que provenía de Londres se reincorporó al avión para iniciar viaje a Madrid se encontró con que 13 de los asientos en los que habían viajado en el anterior trayecto estaban ocupados.

La sentencia responsabiliza al comandante de "autorizar personalmente el embarque de todos los pasajeros, 13 de los cuales eran menores, que hubieron de viajar de pie, agrupados de dos en dos en una butaca, e incluso utilizando los asientos del W. C.".

El hecho fue denunciado por el padre de uno de los niños en la Dirección General de Aviación Civil, desde donde se trasladó el asunto directamente al juzgado de Vitoria.

El denunciante, Ricardo Ortega Rodríguez-Arias, residente en Madrid, se mostró ayer satisfecho de la sentencia, a pesar del carácter casi simbólico de la condena. "Ya va siendo hora", dijo, "de que la Administración española vaya poniendo cartas en el asunto, y agradezco a la Administración de justicia que penalice ese tipo de actitudes".

La sentencia indica que "no es admisible que por razones puramente comerciales o mercantiles se pierda de vista el horizonte de lo racional y se juegue negligentemente con el derecho a la vida de los usuarios de un avión, por más que ello convenga a los intereses de una empresa".

La resolución judicial razona, entre otro argumentos: "Es de destacar, además, que los usuarios no sólo tienen derecho a la propia seguridad, sino también a la comodidad, cuando abonan sus billetes, por lo que no proporcionarles la que les corresponde supone un fraude a los consumidores que debe ser reprimido".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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