Nichos
Cuenta Konrad Lorenz que los peores enemigos de los peces de coral son sus propios congéneres, porque comen lo mismo. Algunos aficionados poco leídos se compran un acuario y meten en él un número de peces aproximadamente iguales en la creencia de que la semejanza dispara aquellos mecanismos de solidaridad que favorecen una convivencia pacífica, A los pocos días observan, aterrados, que el más fuerte ha matado a unos cuantos, condenando a los que quedan a refugiarse en los rincones más inhóspitos del acuario, donde mueren de hambre y desasosiego.Desde una perspectiva ingenua se tiende a pensar que la peor agresión es la que viene de fuera de la familia, pero no siempre es así; no es, desde luego, en el caso de los peces de coral estudiados por Loreriz, entre quienes la disputa por el mismo nicho ecológico hace que las peleas entre congéneres resulten más sangrientas que las que se producen entre animales de distinta especie. La agresión intraespecífica resulta uno de los medios de selección natural más inquietantes cuando uno intenta acercarse a la naturaleza con bondad franciscana. De todos modos, aunque el descubrimiento de este mecanismo entre los peces de coral es relativamente reciente, se sabe desde hace siglos cómo viene actuando entre los individuos de la especie humana; de ahí el dicho homo homini lupus, que quiere decir que somos un peligro para nuestro vecino.
Del grado de virulencia que en los próximos meses llegue a alcanzar la batalla electoral entre el PP y el PSOE podremos deducir, pues, si se disputan el mismo nicho ecológico o simplemente tratan de trazar la frontera entre sus espacios naturales. Lo que pasa es que algunas de. las dentelladas que empiezan a intercambiar nos hacen sospechar que se alimentan de lo mismo. De ser así, producirán idénticos detritos.