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Aznar garantiza que los populares no gobernarán con animo de revancha o de revisión hacia el pasado

José María Aznar, proclamado ayer por unanimidad de los órganos de dirección del Partido Popular y aclamado por casi 4.000 compromisarios e invitados al congreso como candidato a la jefatura del Gobierno, garantizó en su discurso que cuando llegue a La Moncloa no actuará movido por ningún ánimo de revancha ni de revisionismo sobre las decisiones de los últimos 10 años. "No derribaremos lo que esté bien sólo porque no se nos haya ocurrido a nosotros", aseguró, al tiempo que advertía que hay una izquierda avergonzada pero dispuesta a perpetuarse en el poder con la táctica del miedo.

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El líder popular estableció dos grandes frentes argumentales para diferenciar su propuesta política de la de Felipe González y los socialistas: transparencia frente a la corrupción y relanzamiento económico frente a la crisis y el aumento de desempleo.

Aznar fue designado ayer mismo, por unanimidad del Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva, candidato a la jefatura del Gobierno en las próximas legislativas. Los dos órganos se reunieron antes de que comenzara, a las 11 de la mañana, la sesión de clausura del congreso.

Al agradecer la designación, el presidente del PP pidió su ratificación por el congreso. El trámite no significó en la práctica sino una ovación más en una sesión agotadora por la frecuencia e intensidad de los aplausos.

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El discurso de clausura del congreso, convertido ayer abiertamente en una convención a la americana para lanzar una candidatura a La Moncloa, es un apretado resumen del talante y las intenciones con que el PP espera llegar al Gobierno en los próximos meses.

Aznar garantizó que no habrá ánimo de revancha ni de revisionismo, sino impulso "para sacar España adelante". En el mismo tono tranquilizador, acusó a los socialistas de manejar "espantajos como la pérdida de la pensión o el recorte del seguro de desempleo".

"Nada que temer"

"Nadie tiene que temer nada de nuestra llegada al Gobierno", replicó el presidente del PP. "No vanos a discriminar, no vamos a hacer exclusiones como las que se han hecho, ni vamos a repartirnos el Estado para favorecer a nuestros amigos. No se va a derribar lo que está bien por el sólo hecho de que no se nos haya ocurrido a nosotros. Queremos el bienestar, la libertad y el progreso para todos".

En un mensaje de 15 apretados folios mecanografiados, Aznar fue desgranando la síntesis del proyecto programático que ha aprobado el congreso, que presentó como una alternativa más profunda que la mera confrontación entre izquierda y derecha. Representa, aseguró, "la lucha entre el pasado y el futuro, entre la esperanza y el miedo, entra la unidad y la división".

Tras un llamamiento a la "integración generosa" de todos los sectores y partidos afines ante "la enorme responsabilidad histórica" del momento, Aznar dijo, citando a Miguel de Unamuno, que en España en los últimos años ha sobrado codicia y ha faltado ambición.

Luego se comprometió a someterse cuando gobierne al control habitual del Congreso de los Diputados, se pronunció por un nuevo sistema de financiación d los partidos políticos más transparente, confirmó que presentará un código ético que fije incompatibilidades "bien fundadas" mientras dure el ejercicio de un cargo público e "impida prevalerse del mismo cuando se vuelva a la vida privada" y anunció una reforma de ciertas instituciones, como el Consejo General del Poder Judicial para darles más independencia y autogobierno.

Aznar aseguró que "hay dos formas de ejercer el poder, una que desconfía de la sociedad y otra que se apoya en ella". Un pueblo que gana medallas olímpicas como España, señaló, "tiene que ganar trofeos en la disputa [ ... ] silenciosa del trabajo cotiadiano".

Para el líder popular, generar empleo suficiente sigue siendo el gran reto de la economía española y sólo puede conseguirse fomentando el ahorro y la inversión y mejorando la calidad a base de una ética del trabajo bien hecho. En este punto, acusó al PSOE de prometer puestos de trabajo y haber -devuelto, con intereses, todos los parados que se encontró, un millón más". La andanada mereció el aplauso del representante de UGT en el congreso.

Aznar insistió en la necesidad de reducir "el tamaño del Estado" para darle mayor eficacia y, en relación al terrorismo de ETA, advirtió: "No cerraremos las puertas a una posible pacificación definitiva" pero con rigor y colaboración de cuantos deseen "superar finalmente esa tragedia".

El presidente del PP quiso dejar claro que su figura encarna un nuevo talante: "Prefiero abrir las ventanas a levantar las alfombra?, proclamó, "prefiero servir a los demás que morir de éxito". El texto contenía aún un párrafo de despedida y ánimo a los compromisarios, pero, atronado por la ovación de los congresistas puestos en pie, Aznar puso punto final y se sumergió en el ritual de los saludos manos en alto.

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