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Pujol expone su idea de España en un acto en Madrid boicoteado por 'ultras'

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, defendió ayer en Madrid "el nacionalismo convivencial" de Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC), reiteró su compromiso de colaborar en la gobernabilidad de España y ahogó por la coexistencia de los postulados nacionalistas con un proceso regeneracionista en España. En un marco parcialmente hostil, donde alborotadores ultras interrumpieron en varias ocasiones su conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid, Pujol libró una complicada batalla para tratar de convencer a los más de 400 asistentes de su condición de político moderado y de que el nacionalismo catalán es, por encima de todo, cultural y lingüístico.

Entre los asistentes al acto se encontraba el príncipe Felipe de Borbón, estudiante de 5º de Derecho, quien aplaudió en varias ocasiones. Al concluir la conferencia, el Príncipe fue abordado por un militante falangista que pretendía que cogiese una de las octavillas que repartía. "Majestad; ésto también lo aprendió su padre", le espetó el falangista exhibiendo el panfleto, a lo que el Príncipe respondió: "No seas ridículo". La intervención de Pujol fue, sobre todo, la exposición de su compromiso con España. El presidente catalán hizo una profesión de fe española como sólo acostumbra a hacer cuando está lejos de Cataluña. Durante dos horas señaló con convicción principios como: "Cataluña es España"; "no pretendemos romper la realidad española"; "Cataluña no sólo está en España, sino que es España", o "no defiendo la independencia de Cataluña".

Uno de los momentos de mayor tensión se produjo cuando uno de los asistentes al acto, que se identificó como profesor de electroquímica, le desafió a si era capaz de identificar a los catalanes allí presentes sin ninguna pista, en alusión a las palabras pronunciadas días atrás por el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, sobre las particularidades biológicas de la raza vasca. Pujol re plicó diciendo que era injusto que a él se le plantease esa cuestión. "El nacionalismo catalán ha utilizado siempre otros elementos que son los culturales y de convivencia histórica" y para reafirmar sus palabras señaló que su esposa, Marta Ferrusola, es medio aragonesa. La intervención de Pujol trató de ser una mezcla de una lección de historia sobre Cataluña y de los planteamientos políticos actuales que defienden los nacionalistas. Y aseguró: "Los catalanes no nos hemos inventado ninguna lengua para fastidiar a nadie". Dijo que era bueno conocer la génesis de la formación de Cataluña para entender cuáles eran sus planteamientos en la España actual. Sin embargo, no era eso lo que querían oír los asistentes al acto, más interesados en conocer si el nacionalismo catalán que Pujol representa defiende la unidad de España.

Pujol indicó que Cataluña había sido una abanderada de la democracia en España, de la europeización de la sociedad civil. En este sentido, se refirió a la campaña del Partido Reformista en las elecciones de 1986 -"que llevó un compañero mío de partido", en alusión a Miquel Roca- y que definió como un "fracaso absoluto". "Si algo era ingenuamente españolista era la Operación Reformista", manifestó.

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