_
_
_
_
_

La plaza de toros de Tánger es utilizada para encerrar a inmigrantes ilegales

Jorge A. Rodríguez

La plaza de toros de Tánger se ha convertido en un centro de confinamiento donde las autoridades de Marruecos retienen a los africanos detenidos en su territorio cuando intentaban embarcarse ilegalmente hacia España. La saturación de las cárceles del reino marroquí, volcado en una campaña de blindaje de su litoral para impedir el tráfico de hachís y las entradas clandestinas en pateras, ha llevado a habilitar plazas de toros y centros similares para encerrar temporalmente a inmigrados no marroquíes -fundamentalmente de Senegal y de Malí- a la espera de su repatriación, según denunciaron miembros de grupos humanitarios de Tánger.

A mediados de diciembre se llegaron a contabilizar en un solo día hasta 100 personas recluidas en el coso taurino, según han informado fuentes de Tánger, que aseguran que los africanos "están peor que en las cárceles". El número de confinados ha descendido en los últimos días pero la situación se mantiene. La existencia de este centro de confinamiento ha sido confirmada por varios residentes en Tánger, pero todos han rogado mantener el anonimato "porque de este tema no se puede hablar; puede haber represalias".Tánger y sus alrededores se habían convertido, junto a Tetuán, en una de los puertos más importantes de pateras y por ello en este enclave se ha concentrado el plan contra la inmigración ilegal del rey Hassan II.

Las pateras se abarrotan mayoritariamente por marroquíes, pero un 20% son indocumentados del África negra, ya que los capos de las redes de tráfico de hombres les sugieren que los rompan para dificultar su repatriación. Estos últimos son los que sufren el confinamiento. La mayoría de las personas encerradas fueron localizadas en pensiones de Tánger, donde se alojaban cientos de africanos a la espera de conseguir un billete de patera.

Organizaciones humanitarias de Tánger han intentado hacer llegar ayuda y alimentos a las personas recluidas en el coso, pero, según miembros de estos colectivos, las autoridades de Marruecos lo han impedido. La Vigilancia de la plaza de toros ha sido encargada al Ejército marroquí, que ha llegado a destacar hasta 65 soldados sólo para la vigilancia de este recinto. "El acceso está totalmente prohibido y ha sido imposible llevarles ayuda", según un español residente en esta ciudad.

Mentís marroquí

Estas detenciones han sido practicadas durante la campaña ordenada en octubre por Hassan II contra la inmigración ilegal. Este plan "ha supuesto un enorme esfuerzo para las arcas del país al haber sido movilizados tantos inedios", según un portavoz de la Embajada de Marruecos en Madrid. Este ha desmetido que la plaza de Toros de Tánger haya sido utilizada como centro deconfinamiento: "Ahora es un centro de exposiciones". "En la actualidad no hay problemas de población extranjera pendiente de repatriación. Eso se ha acabado y ahora se han extremado los controles fronterizos", insiste este portavoz.Sin embargo, la noticia de que la plaza se ha convertido en centro de confinamiento de inmigrados ha llegado hasta el Defensor del Pueblo, que, no obstante, nada puede hacer por estos ciudadanos "porque son extranjeros en un país extranjero".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Diamantino García, presidente de la Asociación de Derechos Humanos de Andalucía, precisa que la situación se mantiene y que la saturación en el coso "es terrible". Esta asociación pretende personarse próximamente en Tánger para "levantar un acta, denunciar los hechos y exigir responsabilidades tanto a Marruecos como a España, que es el país que junto a la CE ha exigido que se extremen el control de los inmigrantes en el norte de África", precisa Diamantino García.

El Gobierno de Marruecos ha desplegado 2.500 hombres -entre policías y militares- para controlar la inmigración ilegal. Este dispositivo se puso en marcha el pasado 7 de octubre y ha supuesto la práctica desaparición del dramático tráfico de pateras, según coinciden España y Marruecos. Estas frágiles embarcaciones eran ocupadas mayoritariamente por marroquíes pero un 20% de los navegantes procedían de países del Africa subsahariana.

Un portavoz del Ministerio del Interior español ha señalado que "habían oído algo" sobre los centros de confinamiento, pero que no había confirmación. Según Interior, Marruecos ha puesto en marcha el plan contra el tráfico de personas y de hachís "porque se ha dado cuenta de que se juega la credibilidad y un trato preferencial frente a Europa".

Sin contrapartidas

De hecho, España y el resto de la CE exigió a las autoridades marroquíes que controlaran sus fronteras para detener el incesante flujo de inmigrantes del sur hacia el norte. El Ministerio del Interior desmiente, en cualquier caso, que existan "contrapartidas para Marruecos pactadas secretamente", tal y como alegan los denunciantes del centro de confinamiento de Tánger.Por su parte, el rey Hassan II ha manifestado, en un mensaje dirigido a la nación al finalizar el año, que Marruecos y la Comunidad Europea subvencionarán a todos aquellos agricultores que decidan sustituir el cultivo de hachís por otros de tipo convencional.

El plan de erradicación de la producción de esta planta adormidera está dotado con mil millones de dólares -unos 100.000 millones de pesetas- y se aplicará, en un principio, durante cinco años.

Entre otras obras, el rey de Marruecos ha anunciado que se construirá una central hidroeléctrica y un sistema de irrigación en las inmediaciones de Fez para incentivar a los agricultores a sustituir el cultivo de la planta alucinógena.

De forma complementaria, y para reactivar la agricultura, el tercer sector más importante del país, el rey marroquí anunció la ampliación hasta el año 2020 de las exenciones fiscales para todos los agricultores. La exoneración de tributos concluía en el año 2000.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_